martes, 18 de agosto de 2009

La pintura

Señor con el debido respeto que usted merece, déjeme decirle que es un gran hijo de puta. Está usted saliendo por la salida equivocada, ¿no está viendo que es una gran pintura? — pero por supuesto que veo la pintura, es más no la estoy viendo la estoy admirando y ya que me pregunta, ¿cómo sabe que estoy saliendo y no entrando?

—pues es muy fácil: por la medida de su pie derecho respecto a la medida de su talón izquierdo y del ángulo de su talón derecho hasta la pintura.

—pero usted está omitiendo que yo en algún momento fuera parte de la pintura y que mis zapatos fueran de acuarela seca y dura, perdone la rima pero usted entenderá.

—sí, tiene toda la razón, y no me molesta la rima, al contrario, pero ¿porqué está en esa posición? y perdóneme que le pregunte pero yo lo he visto en alguna parte.

—primero lo primero: no, yo no le conozco ni mucho menos usted me conoce a mí. Y así se observa mejor los detalles del lienzo, se le ven mejor los azules, Rubén Darío por los lados.

—parece un álbum santiagués así como está, pero suelte el paratexto para que yo le pueda seguir hablando.

—pero antes déjeme presentarme: soy Antonio Correa Guzmán.

Antonio levanta la mano que tiene en el piso y se apoya con el codo para alcanzar la mano de

—yo me llamo Antonio Correa Guzmán.

Antonio.

—ese nombre me suena mucho, yo tengo un conocido que toca las maracas.

—en mi familia todos son poetas que es como tocar maracas pero sin que suenen.

— ¿y porqué está parado viéndome ver la pintura?

—pues yo pasaba por aquí y al ver que usted estaba saliendo mal, pues me dije: hay que respetar las salidas para que todos salgamos tranquilos, y por eso le dije lo que le dije.

—es usted una persona culta, por eso no puede entender que lo que yo realmente estoy haciendo es entrando en la pintura, y no es entrar por entrar sino entrar como entra un niño en el nido de un gorrión, coge los huevecillos en su tiernas manos y despacio empieza apretar las manos para ver que tienen dentro, como un más allá, otro lado, pero que cuando se sabe lo que es huele mal y con agua y con jabón se vuelve a la inocencia.

—un mal símil por cierto, pero que tampoco le quita el atropello que le está haciendo a los conciudadanos que comparten con usted y yo este espacio.

—señor: y le ubico los dos puntos para decirle que yo no estoy saliendo hacia ninguna parte, estaba tratando de entrar como le dije, pero hay personas que atropellan a los conciudadanos que compartimos como usted y como yo este espacio.

Antonio puso la otra pierna detrás de la otra pierna, se corrió un poco hacia la derecha y empezó a mirar la pintura donde había un señor mirando a Antonio.

—sí ve, hasta la pintura le está reclamando a usted su posición respecto a entrar en la pintura.

—yo no creo en eso de la primera mirada es la que vale y además sigo incómodo con lo que usted está haciendo aquí, mejor voy a llamar a las autoridades competentes con el tema.

—pero entonces mientras llegan apostemos con estos dados que tengo.

—me parece.

—apostemos de palabra porque no traigo nada encima.

Antonio miró un momento arriba, como esperando que una respuesta le cayera en los ojos y dijo: bueno.

— ¿cuál palabra quiere apostar?

—una que no tenga tilde, pues siempre se me quedan un par por ahí colgadas y quiero apostar honestamente.

—sí, las tildes siempre complican las cosas.

—apostemos por ejemplo: por ejemplo.

—pero, esas son dos palabras, además desconfió de las palabras que no tienen a en ninguna parte.

Antonio miraba a Antonio con una mirada que busca una palabra para apostar y dijo:

—usted es un señor que tiene señas que respeta la autoridad, por esto le propongo la palabra palabra.

Antonio se mordió la lengua y parecía arrancarla, pero como una cola de lagartija volvía a renacer. Todo esto con la boca cerrada para que Antonio no se diera cuenta.

—No me parece una palabra adecuada para esperar —dijo Antonio— por esto mejor le propongo

Y dijo algo que no se entendió pues Antonio arrancó la tela de la pintura y se la metió en la boca de Antonio y con el zapato hacía palanca para que se metiera cada vez más hondo, Antonio tragó la pintura casi entera, sólo se veía un pedazo azul con un señor que miraba a Antonio irse despacio con el gran marco de la pintura debajo de la Axila.

viernes, 17 de julio de 2009

Sandrita

Su mamá salía a trabajar temprano y esta vez le tocaría cuidar a su hermano menor; ella le dio la bendición y un beso que le dejó el cachete rojo labial y se despidió. El reloj decía que eran las 9:13 am pero ella todavía no sabía leerlo, apagó el televisor y caminó hasta la cuna de su hermano que estaba llorando, lo cargó y con unos golpecitos en su espalda se calmó casi hasta sonreír. Luego volvió a acender el televisor y se sentó con su hermano como si fueran uno solo.

El reloj sonó al medio día pero ella sí lo sabía y además sabía que era hora de hacer de comer, se paró y fue a la cocina, se puso un par de chanclas para no electrocutarse con el fogón, sentó a su hermano a un lado y empezó primero a echar el agua para hacer el arroz, al mismo tiempo que le calentaba un pequeño tetero. Empezó a cortar los tomates pero su hermano empezó a llorar de nuevo, lo cargó lentamente para arrullarlo.

Cuando cesó lo puso de nuevo recostado donde estaba hace un momento pero vio que tenía una mancha roja en un costado, primero pensó en los tomates que había cortado pero vio que estaban del lado contrario, luego empezó a buscar el cuchillo y no lo encontró, miró adentro del lavaplatos pero sólo estaban las papas y las zanahorias, se agachó y miró debajo del poyo y no lo encontró, al pararse sintió un dolor en el costado y se dijo que sólo era el hambre; desesperada tocó a su hermano donde tenía la mancha rojiza y temblando se pasó la mano por su nariz como un perro en una casa nueva, sintió un olor penetrante casi oscuro, después probó con la punta de su lengua y se aseguró que no era el sabor de los tomates. No era un sabor que conocía y sabía bien que los tomates no estaban podridos porque su mamá los había dejado con cuidado al lado del cuchillo que ahora no encontraba y si no aparecía su mamá se iba a enojar y no la dejaría ver más televisión.

Cogió a su hermano para buscar entre la manta en la que estaba envuelto, pero no encontró más que el parche rojo. En ese momento quedó paralizada y con los ojos abiertos como una luna llena. Temblando cada vez más pensaba en las películas que había visto, en que los cuchillos se le meten a la gente y la gente queda tirada pero su mamá le decía que eso era de mentiras, que ya estaba tarde y era hora de dormir; y su hermano ya no lloraba, estaba como dormido y con la mancha que era del mismo color que en las películas, pero si mamá me dijo que…

Salió corriendo de su casa dejando sus chanclas botadas en la entrada y así descalza una cuadra más adelante cayó tendida en la acera con un cuchillo enterrado en el costado.

sábado, 4 de julio de 2009

Carreta

bananooooooo, peraaaaaa, mandarinaaaaaa, aguacateeeeeeeeeeeeeeeeeeeee.

Pero sabés que, vos deberías empezar ya con la carreta, es que en este carrito no te va a caber nada, sí sí, no es que si es mejor que este carrito que vos tenés, no ve que no le cabe nada, ah sí, es que sí es más cómodo pero… pero… pero no ve que no es que le cabe nada. ¿Vos ya acabás ahora y se va hay mismo pa la casa?, pero piénselo bien mire que, bananooooooo, peraaaaaa, mandarinaaaaaa, aguacateeeeeeeeeeeeeeeeeeeee. Es mejor y seguro le va mejor, y mire que ya tiene la ruta le falta es como la indumentaria pa que meta la fruta. Vea que no esino que se lo consiga y eso es un machete, bananooooooo, peraaaaaa, mandarinaaaaaa, aguacateeeeeeeeeeeeeeeeeeeee. Es que uno se necesita espandir, eso es el progreso ¿usted ha oído eso de la globalización? no, no yo ya no volví por allá, es que no me iba tan bien además que me tocaba subir mucho y no me rendía el día, a cambio por acá si me va de lo más de bonito, ¿y a vos? ¿y si siguió comprando allá? no pues no me la he visto pero, bananooooooo, peraaaaaa, mandarinaaaaaa, aguacateeeeeeeeeeeeeeeeeeeee. Eso es lo bueno de ir por la mañana, le tocan a uno las frutas lo más buenas; no ya no volví a vender manzana, no ve pues como está de cara, ya no le sale a uno ni pa, bananooooooo, peraaaaaa, mandarinaaaaaa, aguacateeeeeeeeeeeeeeeeeeeee. Es que eso lo tienen proyectado para el futuro, entapizar el río todo, sí todo en ese baldosín de piscina pa que quede de una vez limpio y azul azul y la gente se pueda meter tranquila. El problema es que eso se lo roban todo esos políticos, no ve que dieron pa ese río como 2 mil millones de dólares y vea ese río, vea que a uno le cuentan que se metía la gente que hasta bananooooooo, peraaaaaa, mandarinaaaaaa, aguacateeeeeeeeeeeeeeeeeeeee. No yo si de eso no volví a saber nada, yo sé que le operaron la hija como hace 1 mes pero ya, es que estaba como muy enfermita y eso del sisben no le salió, entonces le tocó poner tutela y después como que le tocó bananooooooo, peraaaaaa, mandarinaaaaaa, aguacateeeeeeeeeeeeeeeeeeeee. sí, uff es que así son las mujeres diahora, son como una casa de dos pisos que uno todo lo que haga arriba se siente abajo, jee, si es que eso es que ya hay mucha química en el ambiente, antes no, antes las muchachas eran bananooooooo, peraaaaaa, mandarinaaaaaa, aguacateeeeeeeeeeeeeeeeeeeee, a no hágale, bueno hay seguimos hablando pues, si no. ya el lunes descanso y el martes entonces nos vemos, sí, yo le averiguo, no se le olvide bananooooooo, peraaaaaa, mandarinaaaaaa, aguacateeeeeeeeeeeeeeeeeeeee. pa que se haga a la carreta y empiece hay si de verdad a bananooooooo, peraaaaaa, mandarinaaaaaa, aguacateeeeeeeeeeeeeeeeeeeee.

sábado, 20 de junio de 2009

Un loco es un muerto enamorado.

Lo único eterno es volver

Se sienta a la sombra del mango, descansa de cortar el pasto con su machete y sus manos, saca de su bolsillo un pequeño libro verde (algo oxidado y con los bordes de orejas renegridas llenas de tierra) ; respira hondo el olor del prado recién cortado y se hunde como clavando un tornillo con sus ojos en la lectura.

Pasa las hojas ocres con sus manos cuadradas y toscas hasta llegar donde tiene una hoja larga de pomo que le sirve de separador y señala con su dedo curtido una línea subrayada que dice: “lo único eterno es volver”, se detiene un rato no muy largo en los tubos de luz que deja pasar el mango entre sus hojas y deja agachar su cabeza con la marca del sombrero en las cienes mojadas por el sudor, vuelve a leer: lo único eterno es volver; exhala un aire pesado y caliente como soltando la tarde por la boca, sin pasar de la línea del libro sigue meciéndose entre las palabras, pasando los ojos por cada letra por cada espacio, sin avanzar de la frase que lo tiene atrapado, como encerrado de volver a: lo único eterno es volver; lo único eterno es volver; lo único eterno es volver; está como en un círculo, piensa en como la tierra le gira y le gira repitiendo año tras año su lento movimiento redondo y volver a empezar; lo único eterno es volver; está atrapado en un juego de espejos y de recuerdos, pero por qué atrapado si es sólo un atado de palabras, un libro simplemente verde, un árbol sólo de mangos, pero por qué: lo único eterno es volver; además por qué no es capaz de continuar con otra línea del libro, 5 palabras que lo tienen alcanzado, sujetado; ya no puede dejar de mirar: lo único eterno es volver, no sabe si es la frase o él, o peor, los dos; no pasa de la línea, como si las palabras lo mordieran y se quedaran pegadas de su mirada, ya no es posible mirar el mango, ni su machete, ni siquiera ve sus manos, ya son las 5 palabras: lo único eterno es volver, y empieza de nuevo su recorrido por la ele y termina sabiendo que nunca va a terminar en la ere, pero qué es: lo único eterno es volver, porqué, si es sólo mover los ojos y seguir a otra frase que diga: lo único eterno es volver, no, imposible, no hay más palabras; se siente mareado, con la nausea del hastío, no sabe cuanto tiempo ha estado leyendo sin avanzar de lo único eterno es volver y lo único eterno es volver; se siente como con esa cancioncita que se aferra de la mente y uno a sacarla pero nunca porque lo único eterno es volver; grita, sí, un grito que no se oye, porque no se está gritando, se está leyendo: lo único eterno es volver, está desesperado, arde por dentro y se retuerce, tiembla como un perro en un puente pero ni lo piensa porque lo único eterno es volver, jadea fuerte, pero ni se oye él mismo, vuelve a gritar, pero se lee lo único eterno es volver en todo el cuerpo, en todo, en todos, está encerrado, lo sabe, como a muchos cuando están leyendo.

lunes, 6 de abril de 2009

Tere y sus (can)arios

Sí, es que boni se pone ya muy contento cuando lo ve a usted, vea como le brincó ahora, y él antes no le brincaba nada y a su papá también, mire que antes ni lo voltiaba a ver. Es que él ya es muy apegado a mí, cuando la gente me pregunta que si ese es mi bebé yo les digo que sí que ese es mi bebé, es que yo lo trato como si fuera un bebé mimado, es que él es el bebé de la casa, el bebé de tere.

Mire que cuando ustedes se iban y boni se quedaba solo siempre se quedaba llorando toda el santo día mijo, entonces yo iba y me asomaba por una ventana y lo llamaba, y él feliz se dejaba sacar por la ventana y yo me lo llevaba pa la casa y así se fue quedando.

 

Sí, acá siempre han tenido perros, a mi mamá le regalaron a coronel que lo trajeron de estados unidos. Primero era de Consuelo y se lo regalaron después a doña Carmenjulia pero ella no se lo aguantó, je es que coro era muy cansón, entonces se lo devolvió a Consuelo y mi mamá un día fue y le dijeron que si se lo quería llevar y ella encantada, se vino con ese perrito toda contenta pa la casa pero a mí me tocaba cuidárselos, a coro y a chiquitín que era como de este tamaño y de color no como café sino como blanco café con leche, a es que a usted le tocó conocer a chiquitín pero que pecao como se murió… sí, es que a mí me va a dar mucha tristeza cuando boni se muera, como cuando coro que allá en el solar todo triste y yo acá haciendo arepas empezó a botar sangre por la boca, ay! pero allá está, yo le hice un hueco así de este tamaño pa enterralo como a los otros. ¿Usted no conoció a Morgan no cierto? sí ese sí que era grande, ese se lo regalaron a mi papá y lo quería más, pero un día se nos voló y lo vinimos a encontrar en una finca por allá abajo, pero el señor que lo cuidaba no nos lo quiso devolver entonces allá se quedó el Morgan. Y también uno que se llamaba Guardián que ese era más bonito pero el mellizo siempre se lo quería robar. Ese perro era de uno de esos ¿cómo es que se llaman? bueno de esos arrugados, no ve que hasta Leonel se limpiaba la comida con las orejas de Guardián y decía que es que se limpiaba muy bueno, pero vea lo que es la vida ninguno de los dos está ya.

Y los canarios también, a mí siempre me han gustado los pájaros vea que por acá me preguntan que si se los puedo vender o cambiar y yo les digo que no, que los canarios no los vendo ni los cambio. Es que a mí si me gusta como cantan esos berracos, y hay uno que canta toda la tarde y no para. Yo los quiero mucho, ah y usted ha visto los que vienen aquí a comer al solar, viene uno lo más de lindo que es como uno de esos garrapateros pero de colores, así con la cola larga larga, y a veces viene un turpial con esa coronita toda amarilla y es lo más de vivo, llega y empieza a espantar a todos los otros pa quitarles todo el alpiste que se le riega a mis pájaros. Hay y ese mellizo le tiene como unas ganas al que canta todo el día, no ve que a veces cuando venía por las arepas me decía que se lo dejara ver, que si el pájaro tiene cría que hay mismo le dijera, que si no estaba aburrida con ese pájaro cantando todo el santo día. Que pájaro más hermoso. Pero bueno hay le seguimos dando, al menos ya no me toca madrugar tanto, ya me puedo levantar a las 6, no ve que ya no estoy cuidando casi muchachitos y ya sólo hago las arepas de Luz y pa su mamá que a veces lleva.

Sí, es que esas arepas me tenían mamada. Pero bueno hay tengo a  ninfa y a boni que es mi hijo y a los pájaros.

 —Yo digo que tenés en tus manos el mundo, la masa, tus perros, la humildad, los días, el dormirse a las 9 para levantarse a las 3, los chinches, la esencia sin saber, la simpleza de tomarse un tinto y sonreír, las arepas, los animales, la vida…— (eso no te lo dije, eso te lo abrasé).

lunes, 16 de marzo de 2009

Pasos

De noche, muy de noche.

Despacio, muy despacio

Se alcanzan a oír por entre las calles.

Húmedos, negros y largos

Pasos.

Parecen alejarse

Pero cada vez se escuchan más cerca.

Pasan por encima de los charcos

Y se escuchan debajo de la tierra.

Parecen caminar por las paredes

Y los patios.

Retumban en los gatos de porcelana

Y se mezclan con las sombras.

Parece que arrastran un eco ahogado

Por los años y la amargura

De una vida solitaria.

El rumor es que mató a su esposa

El amor fue el que lo ató a ella

Los culpables están dormidos

Escuchando en sus sueños

Unos pasos negros, húmedos y largos. 

martes, 24 de febrero de 2009

Altamar

sea o no sea igual me gusta el mar. 

lunes, 23 de febrero de 2009

Subnada

Señor que no es sujeto, enormísimo cronopio.

 

Suelo pasar tardes enteras

en sus hombros gigante de acuarela

y en su amor 77 y su tango y su cigarro o cigarros.

A veces paso por buenos aires y viceversa

y me pierdo con el color de sus palabras

y de golpe la maga a bailar tregua, a bailar catala

en su máquina eléctrica de construir sueños

que caen lentamente en mi cara y mente

y después los ríos metafísicos

llenos de cronópios

y después la sangre envenenada

vacía de meopas

y después

los juegos

que se posan es sus manos y sin pensar

o en el momento menos pensado

una nueva palabra

o un mundo nuevo

derramándose en su tinta

de fibra de letras

y volverse frase y cuento

y novela y poesía y carta

y subnada.  

sábado, 21 de febrero de 2009

Enseñanza

 

Para alguien que me enseñó sin darse cuenta a no temer.

 

Cuando era niño me enseñaron a temerle a la oscuridad porque corría el riesgo de encontrarme.

Cuando era niño me enseñaron a no salir cuando llovía porque podría pescar una sonrisa.

Cuando era niño me enseñaron a no hablarle a los extraños porque podrían decirme el secreto del amor.

Cuando era niño me enseñaron a no caminar solo en las calles porque corría el riego de ver el mundo real.

Cuando era niño me enseñaron que no podía volar pues podría pintar el cielo de otro color.

Cuando era niño me enseñaron la ortografía, tenía el riesgo de hamar a alguien.

Cuando era niño me enseñaron a no estar triste, corría el riego de derramar toda mi sinceridad.

Cuando era niño me enseñaron a temerle a la muerte, de pronto me daba cuenta que estaba vivo.

Cuando era niño me enseñaron a vestirme bien, porque podría volver arte mi cuerpo desnudo.

Cuando era niño no escribía, la vida era más tranquila.  

lunes, 16 de febrero de 2009

Ellos.

Se encuentran, se aman, se entienden, pero no se conocen, ya es muy tarde.

domingo, 15 de febrero de 2009

La chispa adecuada

Sus voces de hueso tan suyas pero tan íntimas, que hacen catedrales de cuerpos del mismo material de los falsos abrazos, de las promesas necesariamente olvidadas para dar paso a las palabras. Las que fueron avispas y causaron tanto dolor.

Sus cabellos de arco iris, larguísimos y perdidos en la selva del eco y el fuego que a veces propios imitan esas cenizas de recuerdos ausentes, siempre con la diferencia de lo simple o lo complicado, de la muerte o la locura y otra vez las avispas.

La pregunta necesaria amiga de esa búsqueda de nuestro futuro anciano, y el desorden, y los excesos nunca perjudiciales y tan necesarios, tan de otros como del no.

Y es que vivir es tan inevitable que a veces se cansa la imaginación y no queda más que el amor. Que se roba de a pocos la amistad hasta hacerla ajena.

Las avispas nunca se largan, no tienen calles por donde caminar y no esperan porque ya lo hicieron, ya esperaron, ya llegó, y como siempre la decepción.

Pero siempre son las avispas, siempre, las avispas y el desorden, y aunque no es un secreto voy a confesarlo: las palabras fueron avispas, las avispas fueron palabras, ahora sólo les queda no ser.

  

poesía:

La poesía es la forma más clara de no entender al hombre.

 

Usted no es una forma ni un color, mucho menos una línea punteada, de eso estoy seguro porque usted misma me lo ha contado, sí acuérdese, ese día que llegó a mi vida, mejor, ese día que cambió mi vida, ese día que estaba sentado escuchando ese concierto del caer de las hojas y usted llegó con el viento y se sentó sin permiso en mis ojos, (sé que no le gustan las formalidades) Ahí en mis ojos usted sacándome de mí, yo entrando en esa parte donde duermen las palabras, el silencio, usted me enseñó esa palabra. Usted también me enseñó a esperar; el pararme a mirar para poder ver, y con la paciencia pegada a mi cuerpo tomar todo el tiempo necesario que exige la ausencia para desaprender esa velocidad untada de cemento.

Nunca me ha dicho su edad, pero algunos dicen que no tiene tiempo, porque el tiempo se quedó corto para medirla, para habitarla. Sé que tiene sangre, porque la he visto derramada en los cuellos de quienes mueren por usted, por usted entera, entera como la luna que guarda enredada en sus pestañas. Alguna vez usted me dijo: —acompáñame para que nos perdamos en el bosque de los encuentros— yo tenía mucho miedo, no la conocía y me asustaba que fuera tan amable, pero algo me decía que fuera y fuimos y sí, nos perdimos y yo no me volví a encontrar, y yo no sabía, y yo no decía, y usted a mi lado, y yo buscándome, y usted y yo saliendo del bosque sin salir, y las risas y las tristezas, y Cortázar, y es que me gustas, y es que me enamoras, y es que me gustas más, y adentro y afuera y el bosque, y nosotros. Por eso ya sé lo que es, usted me hace.  Usted es… 

lunes, 9 de febrero de 2009

Desición.

Cuando sea grande quiero ser una pintura para cuando muera me recuerdes. 

sábado, 31 de enero de 2009

esdrújula.

No sé qué es una esdrújula, pero me encanta como suena. 

martes, 27 de enero de 2009

Sólo un parpadeo:

Ser una monja era más que su destino, su vida. Tomó todas las medidas necesarias para cumplir con su objetivo pero al llegar a la puerta del convento la madre superiora hablo con él, le dijo que no podía, que ¿cómo?, que no ve que usted es un manubrio, que ningún manubrio ha sido monja nuca jamás, pero él sin frustrarse dijo que nada impedía que el se entregara a la vocación de seguir al señor; después de varias discusiones se llegó a un acuerdo entre las dos partes pero con la condición que siempre debía llevar puesto el hábito de monja y que de ninguna manera se lo fuera a quitar porque sino…

El manubrio estaba feliz y mucho de dichoso pues su empresa de ser monja estaba a sólo un paso, se dispuso a buscar un habito para su medida (que además en esa época todavía no había hábitos para alacenas ni mucho menos para manubrios) pero en ninguna parte tenían su talla ni el color que él quería, ya cansado de la poca variedad que encontró en Ciudad Bolívar partió hacía Luxemburgo (dicen los que saben que allá se consiguen unos hábitos que pa mejor dicho) pero no encontró ni las enaguas; en ese momento pasaba un ciclista que se dirigía al Tour de Francia que por cierto queda en Francia y necesitaba un manubrio porque el suyo se había escapado con un camionero, él que con mucho gusto que como no que además él iba de paso a entregar unos patacones que le mandaron de bolívar.

Después de ganar el Tour y entregar su encomienda se despidió del ciclista y siguió su camino, llegando a Fredonia se encontró que un oso que hacia llamar el malici-oso. Se volvieron tan amigos que el oso también decidió ser monja y hacerse llamar el cariñ-oso, cuando iban camino al convento un camión atropelló a cariñ-oso. Los dos se volaron: el caminero y la vida del oso, entonces el manubrio decidió hacerle un tributo a su amigo y con su piel hacer su hábito de monja, con mucha tristeza continuó el camino al convento pero en el trayecto encontró el camionero y su acompañante un manubrio, arrestados por conducir en estado de embriaguez, no hizo nada auque pensó muchas formas de matar al camionero y su pareja, al llegar al convento con su elegante hábito se hizo madre superiora y creyó estar feliz pero algo le faltaba.

Un día abrió los ojos y salió corriendo del convento completamente desnudo dejando su hábito a un lado y en su completa transparencia recordó que lo que quería ser realmente en su vida era camionero.  

palabras.

Tomó la palabra, pensó: por fin. Y murió ahogado. 

domingo, 11 de enero de 2009

Cuatro naranjas.

Lo sé, sé que derramas mucha sangre de tu cuello, igual no es mi problema ni fue mi intención, sólo quería divertirme un poco más, lo siento, es que debía hacerlo, tu siempre me gustaste y en tu casa siempre me siento cómodo, lastima que no sientas lo mismo, ni tu ni tu mamá por eso ella también derrama su sangre derrama su muerte roja, ¿Que yo no soy el apropiado? ¿Que soy menor que tu? pero si tenemos todo lo que deseamos, nos amamos al menos yo te amaba.

Yo se qué tu familia y todo eso pero nos podíamos escapar sin tu novio, tu novio que ahora no respira pero es por tu culpa, tu misma decidiste el día en que le diste ese beso que debía ser mío; aquí te veo tirada en tu cama y no me respondes ¿por qué no hablas? si todo esto es tu culpa, querías ser mi amiga y eso es imposible ¡por eso estás muerta!

por eso tus fríos ojos miran la pared con tu retrato de niña, por eso tus sabanas son rojas y huelen a sangre, sangre de traición ¡me traicionaste! como lo hicieron mis padres, que murieron quemados en casa por un extraño accidente, el accidente es que yo siga con vida, y ahora tu, la única que me quiere la única en la que confío sólo tu, con la que salía en las tardes a caminar tomados de la mano, ya no estás ,ni tu ni mis amigos que dejaron de ser divertidos porque se quedaron con sus jueguitos de niños, y te juro que me duele decirlo pero ya no queda ninguno, ya no son mis amigos ya no están vivos, y todo es tu culpa y lo sabes y no mires así porque estás muerta, tan linda, tan silenciosa, tan muerta como tu puta perra, esa perra que está en los postes de la cuidad como un cartel en blanco y negro de se busca; pero yo la encontré antes, es más yo la desaparecí yo y mis manos se encargaron de matarla y botar el cadáver al río como también de pegar cada cartel y en cada poste mis lagrimas de tristeza que en realidad eran lagrimas por ti. Bueno no tanto por ti, yo te quería si, me fuiste útil también, te dije lo que querías oír, aunque no escucharas, y me trataras como un niño, todo fue por mí, es que no hay tiempo para aburrirse cuando se tienen 6 años, tu entiendes ¿o no?

jueves, 1 de enero de 2009

Lluvia

Camino, me cae una gota en el hombro, miro hacia arriba, veo las nubes y sus grises hojas, siento el agua caer, el principio de la vida; sigo mi camino, me encuentro con la niebla y dejo mis manos, sigo el andar, me encuentro con el frío y dejo mi piel; camino, escucho las gotas estallar contra el pavimento y dejo mis oídos, me detengo; miro mi cuerpo y dejo mis ojos a un lado, sigo en una oscuridad y un sabor mojado me deja sin boca, con lo que me queda doy un paso más y dejo mi cuerpo atrás; sigo bailando con el granizo hasta que cae al suelo mi corazón, floto no se cuanto hasta volverme letras y me evaporo justamente para seguir cayendo. 

sábado, 20 de diciembre de 2008

Silencio.

Cuando estoy triste, silencio.

Cuando tomo vinotinto, silencio.

Cuando pienso, silencio.

Cuando camino, silencio.

Cuando escribo, silencio.

Cuando estoy solo, silencio.

Cuando Cortázar, silencio.

Cuando callo, silencio.

Cuando escucho, silencio.

Cuando Poe, silencio

Cuando odio, silencio.

Cuando música, silencio.

Cuando no entiendo, silencio.

Cuando cierro mis ojos, silencio.

Cuando Baudelaire, silencio.

Cuando mi papá, silencio. 

Cuando Bumbury, silencio.

Cuando nada, silencio.

Cuando vos…

Hablo.