De noche, muy de noche.
Despacio, muy despacio
Se alcanzan a oír por entre las calles.
Húmedos, negros y largos
Pasos.
Parecen alejarse
Pero cada vez se escuchan más cerca.
Pasan por encima de los charcos
Y se escuchan debajo de la tierra.
Parecen caminar por las paredes
Y los patios.
Retumban en los gatos de porcelana
Y se mezclan con las sombras.
Parece que arrastran un eco ahogado
Por los años y la amargura
De una vida solitaria.
El rumor es que mató a su esposa
El amor fue el que lo ató a ella
Los culpables están dormidos
Escuchando en sus sueños
Unos pasos negros, húmedos y largos.