sábado, 20 de diciembre de 2008

Silencio.

Cuando estoy triste, silencio.

Cuando tomo vinotinto, silencio.

Cuando pienso, silencio.

Cuando camino, silencio.

Cuando escribo, silencio.

Cuando estoy solo, silencio.

Cuando Cortázar, silencio.

Cuando callo, silencio.

Cuando escucho, silencio.

Cuando Poe, silencio

Cuando odio, silencio.

Cuando música, silencio.

Cuando no entiendo, silencio.

Cuando cierro mis ojos, silencio.

Cuando Baudelaire, silencio.

Cuando mi papá, silencio. 

Cuando Bumbury, silencio.

Cuando nada, silencio.

Cuando vos…

Hablo. 

 

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Santiago Rodas Quintero.

Me gusta sentarme en el piso a no pensar y mirar las nubes, soy capaz de tomarme 4 cervezas escuchando héroes del silencio, me puedo esconder debajo de los muebles si es necesario, puedo decir muchas mentiras hasta que me crean, hablo mucho, me gusta la descalces y puedo subirme a los techos a espiar a las palomas, se andar a pie y en bicicleta, no se andar en motocicleta ni en automóvil, me gustan las caricaturas de los sábados en la mañana, beso pocas veces en la mejilla, me gustan los abrazos, puedo bailar rock and roll de día, considero el bañarme más ritual que limpieza, me gustan los cuentos y prefiero leerlos en papel que en pantalla, creo en las palabras y no en dios por eso me gusta escribirlo en minúscula, algunas veces me gusta esperar, intento escribir, suelo inventarme el amor en las mujeres y también inventarme a las mujeres, se montarme en los árboles de guayaba y odio al padre chucho con todo mi corazón, colecciono tapas de vino, me gusta tener cosas que recojo en la calle, me gusta el punk mientras más podrido mejor, soy muy raro y la gente me lo recuerda bastante, me gusta la ropa de los viejos, sobretodo los sombreros y nunca he podido robarme uno, una vez me dormí en un circo, me gustan las clavículas de la gente, me escondo fácilmente, nunca fui bueno jugando fútbol, puedo reírme de mí, me da mucho miedo de las guadañadoras, me gustan los videojuegos en especial los de nintendo, me gusta el indie, me gusta leer lo que mis amigos escriben y me gusta que mis amigos lean lo que escribo, se que es una caramañola, no me gusta decir adios, me gustan los comics, nunca e estado descalzo en el parque de los pies descalzos, me gustaba mucho mi walkman y mis casetes de limpbizquit, cogí un globo alguna vez, las ranas me parecen muy mágicas, me gusta dormir en cama de mis padres cuando no están y mirar las tiras cómicas del periódico, no se hablar ingles ni otros idiomas, hay días que me gusta tomar fotos, me gusta ir a los conciertos y me gusta le reggae, puedo cerrar los ojos cuendo escucho una buena canción, me gusta la noche y la luna y en este momento estoy pensando en que hacer. 

sábado, 13 de diciembre de 2008

En la orilla

mi intención no es sobornarte con la mentira del dolor, sólo te estoy dando un poco de mí, una esencia que se perdió en las letras, alguna verdad hecha gramática, empiezo mi dedicatoria diciéndote que te espero volver a ver, volver a encontrarme con tu olor, con tus labios, con tus misterios, con tu sexo, volver a sentir tu recuerdo que me trastorna, que me llama, que me insita a recordar ese día, te espero siempre en el mismo lugar, a la misma hora, en el lugar pactado, al lado del mar esperado que una ola se derrita en el cigarrillo que fumo, en las botas que llevo, en la gabardina vieja que tanto te gusta. intento con este regalo que me recuerdes, que me sientas tan dentro que se te olvide la guerra, la violencia, la sangre de aquel que intento liberar, la piel de quien intentó tenerte, la bendición del barco que inundándose gritó tu nombre, te espero, te reclamo como mía, este es sólo un presente para recordarte que existo, para recordarte que te amo, que te espero, que te necesito,  que te quiero, dibujar con mis tintas de luz, de oscuridad, mis tintas, tus labios, espero recibas este presente a tiempo, cuando aún todavía estés con vida. Con amor tu amado.

Así decía la dedicatoria del libro que encontré, tirado en el mar, con las hojas arrugadas por la sal, totalmente intacto y en su empaque original, no quiero ni pensar para quien era, ni quien lo escribió, sólo sé que fue hace mucho tiempo, en la época donde todavía existía el amor.  

viernes, 12 de diciembre de 2008

miércoles, 10 de diciembre de 2008

burbujas

las burbujas siempre explotan, obviamente necesitan respirar.

lunes, 8 de diciembre de 2008

EL LADRÓN ROJO.

Un asunto lo inquietaba, no sabía el por qué, ni cómo, pero ya no era suyo, lo había perdido, ya no lo sentía. Un vacío lo llenaba de silencio, de frío, hasta el desespero por encontrar, eso que ya no estaba, eso que ya no sentía.  

Él trabajaba siempre de noche para que las personas no despertaran asustadas o desubicadas buscando afuera de sus sueños ese vacío inexplicable en sus pechos, primero empezaba por escoger sus victimas, mujeres jóvenes de labios gruesos, ojos marinos y lo más importante: de senos firmes; caminaba hasta encontrar alguna que llamara su atención y la seguía con el sigilo del viento hasta que estuviera en la seguridad de su casa ahí dejaba que sus ojos se cerraran y dejaran entrar de a poco el sueño en sus almas, entraba en la casa de la mujer más despacio que el tiempo, al llegar a la habitación tomaba en sus manos la cara y besaba tan profundamente, tan despacio y con tanto silencio como para dejarla sin aire, esto inmediatamente la adormecía para sumergirla en un profundo estado de amor. Con la dama completamente dormida procedía a desnudarla para sentir su calor y con su cuchillo hacía una delgada línea debajo del seno izquierdo, con su pañuelo rosa limpiaba toda la sangre para luego meter las dos manos en el pecho y sumergirlas hasta llegar al tórax, con mucha calma levantaba una por una cada costilla hasta ver el tierno corazón, lo tomaba y lentamente lo sentía latir entre sus manos. Le deleitaba ver las venas estirarse hasta reventar para dejar el corazón en libertad, dejándolo reposar en su pañuelo rosa para después guardarlo en un frasco lleno de perfume. Disfrutaba tanto este acto que algunas veces se quedaba extasiado viendo el corazón latir dentro del frasco y dejaba pasar las horas de un proceso que era relativamente corto. Luego acomodaba la habitación para dejarla en orden, lo bastante limpia como para jugar con la monotonía y por último para cada mujer dejaba una flor distinta donde antes existía el corazón; ponía las costillas en su lugar y con una pequeña aguja suturaba el corte, con la habitación intacta salía no sin antes dar un beso de agradecimiento a la mujer que al día siguiente  despertaba de ese sueño imposible donde robaban su corazón para seguir su vida cotidiana sin ninguna complicación pero con un sentimiento de vacío, de frió, de desespero. 

sábado, 15 de noviembre de 2008

Mírame a los ojos.

Llegaría tarde, sin mirar el reloj lo sabía, se daba cuenta que le fallaría, que como siempre él no estaría a tiempo, ella lo conocía, aprendió a sentarse sola en un parque, tomando algo o leyendo algo para que los minutos no tuvieran ese sabor amargo de la espera; se volvió amiga de las palomas y sus historias. Con su mirada perdida en los doce escalones que recorrían la entrada de la iglesia veía como llegaba el viento a saludar a los tenderos de la tarde, escuchaba los periódicos desdoblarse para subirse a los ojos de los señores de carrizo, sentía como la brisa del norte mojaba un poco más sus labios de soda y con un suspiro seguía esperando.

Él siempre se tardaba de más en llegar, todos los días sentía que lo sujetaba el tiempo pero nunca miraba su reloj, auque él quisiera no podría llegar a cumplir la cita en punto, siempre con pena la miraba como pidiendo perdón por los minutos de retraso que ella disfrutaba pero que él no sabía.

Ella siempre puntual, esperaba como sólo ella sabía esperar, hasta que llegaba él, siempre es silencio se sentaba en la banca de en frente a mirarla y a ser mirado,
Por sus bocas nunca pasó una palabra y como arañas recorrían el parque con sus ojos por los doce escalones de la iglesia donde jugaban los niños, con sus miradas veían los nombres que se tatuaban en sus parpados, dibujaban sonrisas en los sombreros de los ancianos, causaban otoño en las nubes que se chocaban en las montañas por mirarlos y entre esos juegos de mudos voyeristas, se enamoraban, se reían con su vista puesta en los ojos del otro y parpadeaban telegramas de caricias.

Todos los días en el parque a la misma hora, acompañados de sus ojos se veían y se miraban cada vez con las palabras más escondidas entre sus faros de luces intermitentes, descubrían la desnudes del agua en las pestañas ajenas que se confundían cuando alguno se paraba y sin decir nada caminaba hasta perderse en alguna de las esquinas, antes todo era silencio, después también.

Él quería encontrar la palabra para decirle lo que sentía, por eso siempre demoraba y nunca llegaba a tiempo a su cita en el parque. Cada tarde que terminaba él se arrepentía de no silbar en su oído esa palabra tan añorada y tan temida, ella prefería el silencio acompañada de la espera previa a encontrarse con los ojos ajenos que existían en él. La rutina de los vistazos perdidos en los mares de hojas del parque alegraba la mirada de elefante que ella sostenía y no dejaba escapar para que todos los días auque tarde él le mostrara en sus ojos su propia mirada.

Amor a primera y última vista, el parque, sus ojos, los árboles, las miradas, los parpadeos, la tarde, los mensajes, tus ojos, mis ojos, la espera, y así seguían enamorados y desnudos en sus miradas, hasta el día que se encontraron a las 5 y minutos en punto, los dos en el parque, él puntual por primera vez, ella extrañando la espera, él se paró y mirándola a los ojos como buscando una lluvia donde escamparse, chupó por última vez su cigarrillo, caminó hasta sentarse en la silla de ella, suspiró y botando lo que quedaba del humo le dijo…

lunes, 20 de octubre de 2008

SOMBRA.

Él escapaba, él corría, él se escondía. Él caminaba por la ciudad buscando en qué entretener sus ojos, pensaba en encontrar, no lo que había perdido, sólo quería jugar a la abducción con sus sentidos, entretenerlos en una metafísica cualquiera, en una alucinación de esa tan mencionada realidad, buscaba en sus parpadeos para apoderarse con sus ojos de aquel tesoro desconocido.

Y mirando, viendo y observando nada encontró, pues toda la ciudad se hizo un paisaje monocromático, con la cabeza miró hacia su sombra, se preguntaba cosas que sólo la tristeza ha escuchado y que sólo un hombre solo sabe a que sabe.

Él caminaba cerca del parque cuando un olor a fresa madura despejó su mente y levando su cabeza para ver el origen de tanta delicia, nada encontró, escuchó unos pasos que giraban en la esquina de la calle principal, corrió dejándose guiar por su olfato pero de nuevo otra esquina, el aroma cada vez más se diluía en el ambiente de los enormes árboles del centro que no dejan asomar el sol. Pero sin importarle nada seguía corriendo para encontrar, para devorar, para descansar de ese aroma, dejó atrás su sombrerocolorhistoria (se lo regaló al viento). Ya no olía más.

Se sentó en un café, cruzó las piernas, y lentamente se quitó el sudor de su cara, pidió una copa de Rosemount Estate, lo tomó tan rápido que lo sintió en su sangre de caballero, luego pidió otra copa y ésta casi conoció toda su garganta y parte de sus amígdalas, ya en la tarde cuando el sol se posó sobre su cuerpo sintió el mismo olor de antes, desesperado buscando con sus ojos no veía el origen del olor. Decidió salir con su olfato inundado por el aroma, buscando por las calles aquella esencia que profanaba su interior, corrió y corrió siguiendo lo que olía a fresa madura, pasó por la casa de don Manuel, por la finca de los zapata hasta llegar al río.

Tendría que pasarlo para alcanzar lo que tanto había buscado, buscó como dibujando un puente imaginario, pero no encontró nada en qué atravesar el caudal de caballos de agua. Desesperado se arrojó al río y sintió que era dueño del olor, dándose cuenta que en la limpieza del agua veía su sombra, un reflejo oscuro de su interior, pero la corriente, tan fuerte en invierno, arrastró su cuerpo ya sin vida río abajo. Sin poder entender que su sombra olía a fresa madura.

lunes, 6 de octubre de 2008

apaga la luz

Existía en un pasado cuando todavía olía a tiempo, cuando en los ojos de quien no miente se veía la tristeza con sabor a chocolate, se sentía la mezcla de indecencia y octubre con el resto de tu cuerpo y el mío.

Alma que se pierde en la luz, selva que devora los perdidos corazones, agua que evapora la sonrisa de cuando nos encontramos en tactos desconocidos, donde mi timidez y tu calor volaban a lo lejos, un desierto tal vez, pero querías menos luz- apaga la luz-me decías y buscábamos entre nuestros ombligos como descubriendo América,- que apagues la luz- y yo corría cada vez más por tus continentes y me decías: lento, en la agitación de un silencio que nos hacia sentir bien, con tus palmas maduras hacías reflexionar mi piel y entre golpes de labios contabas historias de marinos y ladrones que escuchaba atento, cobijado por tu voz pensaba en decir te amo… pero querías apagar la luz y me da miedo la oscuridad, porque no te veo, ni con mis manos te veo y quiero verte, sentir con tu edad que dobla mi sabiduría, seguirte, para dejar crecer mi filosofía y sólo estar para ti, con mis años que todavía no pasan el tiempo, saborear tus labios añejos y duros.

Me gusta tu desorden, los libros que se coagulan con el vino y dan un aspecto de sangre infinita a toda tu casa, tu refugio de la realidad, esa mandarina gigante que odias y me encanta cuando odias, porque es como si amaras pero con más pasión, y otra vez que apague la luz. Me gusta la noche con la luz de la luna, pero la luna se esconde tras la pared de tu casa y queda en total oscuridad. Me gusta la luz y detesto la luz.

Pinto en un óleo de letras tu sonrisa, tus ojos, tu pelo, tu desnudez, tu alma, tu sonrisa, tu mirada, tu pasión, tu sonrisa, tus rodillas, ella, tú y tu sonrisa. Me encanta tu sonrisa, no es misteriosa, ni es roja sólo es pequeña. Se que te gusto, pero cuando estamos lejos de todo ese color naranja que repugnas-apaga la luz- dictas con tu voz segura de dictar.

Cuando estoy solo siempre estoy contigo, a veces pienso que soy la ficha de tu juego de cuadros blancos y negros, me dan celos cuando en esa naranjada fruta te veo con ellos, que uno tras otro dejaron de ver la luna, porque su tiempo se hizo mío, y con mi tacto dejaron de ver que su corazón seguía latiendo, eres para mí, nuestros cuerpos se amarran empezando con las miradas, después los labios y por último el deseo.

Pero quieres que apague la luz si yo quiero seguir viendo, seguir sintiendo, seguir amando en silencio, dejar que pase el tiempo para crecer y ser como ellos, por eso soy paciente y espero a que llegue el día en que al fin pueda conocerte.

Por favor no apagues la luz.

viernes, 26 de septiembre de 2008

¿porqué?

si en la claridad está la conciencia, ¿porqué me gusta cerrar los ojos?

bebop

En el último mes, decían los gitanos que no volvió, aquel hijo de la lluvia, estudiante de sus manos, que reía al saludar y masticaba siempre su vara de eucalipto, decían que estaba maldito, decían que no sabía hablar, decían que caminaba, decían, decían, decían…

Sus botas largas y desgastadas imponían rebeldía, junto con su sombrero rojo que nunca dejo ver sus negros ojos, su olor a whiskey robado delataba en sus labios pálidos y enfermos una cicatriz que con el sol cuajaba un rosado descompuesto.

Entre sus hombros una leyenda recorría rió arriba, una balada tarareada por sus pasos negados al silencio que se perdían en el fondo del tercer árbol donde empezaba a dejarse ir, y acababa en la boca del bosque donde olvidaba existir él y empezaba a existir eso, esa sustancia que hacía meditar a los osos y de entre sus huellas salían árboles que en agosto abrían sus alas para esperarlo, para comerlo, porque morían.

Nadie lo vio en la noche, seguro ese era su color. A las 12 menos 7 en el día todos los días tomaba una cerveza negra en el bar. Salía siempre solo y con un rumbo desconocido para sus piernas, con el sol acariciando sus labios dibujaba un horizonte que le recordaba quien era, un pasado extinto de su esencia, un autorretrato en su sombra que hacia que hidratara su mejilla con un poco de nostalgia.

Se cansó de no ser entendido, su lengua se tornó transparente y el silencio cosió sus palabras, su nombre alguna vez fue bebop. Ya no. Lo había olvidado, época tras época vio morir a quien amó, reinos y guerras caminaron por su piel, dejaron marcas que ya no existen, se las tragó la arena.

Al igual que su padre venia de un oeste que hace mucho dejo de cabalgar, sus músculos de amapola eran de otro tiempo, pero se negaba a rechazar sus raíces. Sus botas acostumbradas a la arena se desgastaban en el pavimento, su brújula dejó de apuntar al norte y con su sangre mezclada con sudor se extinguía, pero su cuerpo no giraba con las manecillas del reloj, dando exhalaciones de una muerte que nunca paso por su casa para dejar un sobre violeta, algo que añoraba y temía, pero que no alcanzaba.

Y en un atardecer de un verano muy largo, él caminando con su sombrero, sus botas y su silencio se perdió en la última hora del día, sin testigos, diciendo con sus pasos “para siempre me parece mucho tiempo”.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

gota

una gota: una postal desnuda que con sinceridad me silva su tristeza.

domingo, 14 de septiembre de 2008

Entre soles y lunas. cielo.

Y escuchando mi memoria morí en el momento que pisé sus montañas, verdes, grandes y usurpadoras de mis pisadas dominadas por ese color transeúnte me llevaron por la línea del viento, lo besé, me despeinó, lo arrastré dentro de mí, me inundó, creí que estaba muriendo, él sólo jugaba.

Entendí que necesitaba arrancarme la piel, volverme natural y dejar mis artificios en la rama de un árbol podrido.

Yo, desnudo frente al sol, pensaba en su minúsculo interior, y con tocarlo castraba toda su luz deseando oscuridad, era un pensamiento torpe, porque disfrutaba de su calor quemando mis labios que rugían en magmas de fuego, extinguiendo mi saliva que poco a poco se difuminaba en el vertical horizonte.

En ese insomnio natural de tanta realidad, soñaba soñar para siempre y no me bastaba con pensar en una eterna quietud. Los electrones explotando y la simpleza atacando, me pedían explicaciones de mi color cerebral, de mi contradicción espiritual por decir que la felicidad es un estado único, que llena a todo el que sabe hablar con ella, pero la felicidad siendo un término femenino, no me deja alcanzarla. Con ellas no me ha ido bien. En ese momento pensaba eso y más, pero mis filosofías se opacaban cada vez que esa verde casa me llamaba, y citaba todos mis poetas juntos para que entrara. Una casa que era por fuera como por dentro, literatura.

Adentro, ocultándome de ese circo de elementos azul cielo, encontré un ermitaño con más años que la tierra, él sabía como nadie y me contaba una y mil historias como si yo fuera alguien. Me habló de universos, de personajes que se convirtieron en personas, de Vallejo, de él. Yo, escucho, luego pienso luego existo y si existo es gracias a ese momento. El que acabo de contar.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

ojos de pequeña mirada.

Ayer fui por primera vez al supermercado, allá todo es grandísimo y tiene mil colores muy lindos, también hay unos señores que le dicen a uno dónde está todo, pero los juguetes siempre están tapados con unos plásticos muy feos. Hay un montón de comida, y, lo mejor, hay unos carritos de carreras, pero la gente piensa que son para echar lo que compran.

Uno cuando está allá siempre huele a pan, muy rico, pero no pude encontrar dónde estaban escondidos esos panes. Yo escuché unas señoras que hablaban parecido por muchas partes pero tampoco las encontré, mi papá me decía que ellas hablaban por un micrófono, pero si las señoras casi no saben jugar microfútbol, ¡yo no entiendo!

A mí me gustó ir allá porque encontré lo que mostraban cuando presentaban propagandas en los padrinos mágicos, a ellos también me los encontré, pero no me hablaron nada, entonces me aburrí y me fui a esconderme de mi papá en una ropa colgada, casi no me encuentra, es que yo le gano a todos por la casa en las escondidas, pero él se enojó y me dijo que no me iba a comprar el moco pegajoso, (yo ya sé qué hay que hacer cuando no me van a dar el moco pegajoso) entonces hice cara de mimado, puse las manos atrás y le dije a mi papá: “te amo”. Él me dio un fuerte abrazo y me dijo que también me amaba, luego nos fuimos a ver qué comprábamos para mi hermanita que cumple años mañana, entonces le preguntamos a una señora vestida de amarillo, con una cosa gris que parecía un tiburón en la mano, que dónde quedaba la ropa de niñas, ella nos mostró un pasillo grande, lleno de ropas rozadas y azules. Mi papá me dejó escoger una camisa y un bluyin, porque, aunque pelee con mi hermana, la quiero un montón; escogí una camisa con un dibujo de una guitarra como de rock y un bluyin con unos roticos en las rodillas como los de Verónica. Sé que a ella le va a gustar el regalo, mi papá los echó en la canastica amarilla y dijo por qué no le comprábamos algo a la mamá. Caminamos hasta donde decía 3c y encontramos puras cosas de señora, con puras señoras mirando, nadie cabía por ese pasillo, entonces mi papá me dijo: “démosle mejor música”. A mí mi me gustó la idea y subimos al 2 piso donde estaban los dcs. En este momento le dije a mi papá que por qué no le comprábamos uno de rock, porque ella, cuando yo ponía los cds de Limp bizquit no decía nada ni me apagaba nada, él sonrío pero yo no entendí. Mi papá escogió uno de Piero y me dijo que eso sÍ era música, que le gustaba a él y también a la mamá.

Después fuimos a comer, y, como siempre, pedí lo que más me gusta, mi papa pidió lo mismo que yo. Ese pollo estaba muy rico con esa miel, Después de comer mi papá me llevó al baño a limpiarme las manos, entramos y allá huele rico, me lavé las manos con un jabón muy chistoso como verde, y después puse las manos en otra máquina y me sopló un aire caliente: yo quiero vivir ahí, es que todo lo hacen con magia.

Salimos del baño que queda al lado de las cosas nuevas, donde está el Nintendo que yo quiero, se lo voy a pedir al niño Dios, pero mi papá dice que me tengo que portar bien, pasamos por los televisorzotes, por unas grabadoras grandes, después por unos computadores delgaditos, y llegamos al objetivo: EL MOCO PEGAJOSO, que estaba entre los juguetes y las cosas nuevas, yo cogí el más verde y con mucho cuidado lo puse al lado de las camisa y el bluyin en la canastica. Mi papá dijo: “misión cumplida”. Yo me quedé en silencio viendo el moquito, —ahora te lo muestro—, entonces nos fuimos a hacer una fila más larga, mientras yo veía una revista de Condorito, avanzaba de a poquito, hasta que llegamos donde otra señora de amarrillo que pasaba todo lo que le daba la gente por una máquina que tenía una rueda negra de caucho para trotar, de las que muestran en televisión, pero nadie se subía, sólo pasaban cosas pitando, pii, el bluyin, pii,la camisa, pii, el cd, pii, lo de mi papá pii, y lo mejor el moco pegajoso, y no pitó, pero la señora le hizo varias veces a la máquina como lavando un pupitre y ahí el moquito sí pito pii.

Empacaron todo en dos bolsas, mi papá las cogió, yo me despedí de la canastica, y nos vinimos para la casa.

¡Ah¡ se me olvidó decirte lo que vi cuando estaba saliendo. Pero mi mamá ya me está llamando a comer, hablamos mañana y te termino de contar.

martes, 9 de septiembre de 2008

narcosis

El sueño es un tubo de ensayo donde equivocarse no es un pecado.

lunes, 8 de septiembre de 2008

Ella.

Ella es mi esencia, algunas veces mi amante, pero sobre todo ella soy yo.

Camino entre su aluminio, me recuesto en su lomo y me hago a su andar. Ella simplemente me conduce por la vida, por estas calles tan desoladas de nada, y con tantos silencios de nadie, estoy seguro que ella no tiene corazón, ni alma, es sólo que no los necesita.
Ella es fría, siempre húmeda, pero vuela y en un zumbido me habla del viento y su velocidad contra mi lengua seca. Algunas veces me describe el agua que oxida sus lágrimas, otras tantas me reta a muerte con su sombra. En una carrera con un solo ganador. El tiempo.
El metal y la carne no son tan distintos, son parientes lejanos de la alquimia: intercambio equivalente, mientras yo muero en ella, ella vive en mí, y como otras leyes absolutas, a su lado son juegos de hermanos, que translúcidamente sobrepaso.

Lo que he vivido se lo debo a ella, y ella se lo debe a mis piernas y mis piernas a mis ojos y mis ojos a ella; cuando estoy con ella piso el miedo con sus ancas redondas; la adrenalina juzga por su condición la nuestra; con ella es la única con la que he hablado en silencio, la única con la que he desaparecido en alguna luz, la única que me entiende. Ella es la única.

En un segundo caben 100 decía Jaime y yo le creía, yo lo veía, yo me veía, así pasé mi vida hasta ayer, porque hoy continúo solo, pero con ella.

¿Qué soy?

Desde que recuerdo soy un silencio que se cayó de su nido, entró en un cuerpo no muy lejano y al decir mamá todo terminó.

viernes, 5 de septiembre de 2008

Niño "a"

Exclamó alguna palabra de admiración puntuada, no quiso ningún punto final, vivió en mayúsculas y su intención, entre comas infinitas juguetonas, fue marcar esa “a” que de su vida extinguió. Después de una tilde muy larga dejó caer todos sus números, quedó desarmado, un hombre desarmado es débil ¿cierto papá? y en debilidad escupió 6 signos de interrogación, ¿te amo?, ¿estoy?, ¿tiempo? dejó su vida entre comillas algunas de contradicción, otras de falsedad y una última subjetiva.

Intentó dejar las cursivas para febrero, intentó dejar a Disney su diéresis de ratón, intentó besar entre puntos os suspensivos… intentó dejar un deseo fugaz en una estrella, pero sus paréntesis absolutos negaron su ambición transparente, intentó viajar en un asterisco pero nunca le gustaron los pies de página, se cansó de intentar, logró sólo un punto y coma.

Él, minúsculo, dejó espacios de silencio entre consonantes, olvidaba la vocal que lo vio crecer, aquella que acompañó sus primeras palabras, la que nunca lo traicionó para poner en duda la profesión de la madre de algún idota. Esa pequeña leal, amiga y roja que nunca olvidó sus exámenes perdidos de matemática. Pero que un día la memoria cuenta con pasos torpes no jugó más.

Lo busqué, y en esta carrilera de ideas y puntos seguidos, tratando de leer las migajas de guiones que dejó por sus caminos de letras negras y metáforas de olvido, encontré un color violeta que para el niño de aquella “a” no fue más que su punto final.

lunes, 1 de septiembre de 2008

tiempo

el tiempo es el entendimiento tardío, de algo que por nuestra inconciencia ya paso hace tiempo.

transeúnte

Hoy quiero andar, entre aceras, entre calles, entre canciones y letras, para encontrar el camino de la soledad absurda, donde conozco mi desconocido, donde perturbo mi mente cotidiana, donde pienso en lo que pienso.

Dejo que el cuerpo se balancee entre paso y paso para encontrar un pedazo de algún recuerdo inconciente y así poder llegar a una verdad inconclusa. Que sale de mi andar y deja atrás una rueda que antes solía girar. ¡Giraba!

Mi mente camina entre gotas de lluvia. Mojada pero atenta, mi lengua va danzando con los árboles, con las plantas, con los duendes, mis acompañantes. Las descuidadas aceras se dejan manosear del verde de mis piernas que dan un mensaje cansado de un croar ajeno a mis labios, las ranas melodiosas cantan, bailan y la francachela de sus ancas se vuelve mi andar, intento no cerrar mis ojos para tomar del agua lluvia, pero la belleza de su muerte deja que golpeen cada vez más mi aguado corazón.

Los choques de mis pestañas con el viento son accidentes que, tal vez, no existirían, si mis caprichosas piernas, ansiosas, no sacaran de vez en cuando mi mente a caminar, para colorear el mundo, para oler el camino, para perderme en mí.

Una pequeña creación en mi estomago se vuelve aliento y pasa por mis labios para finalizar en melodía, silbar una vieja canción, no de cuna, tampoco de cama, silbo lo que quiero ser, y esta vez, quiero ser un caminante.

baisers

¿Quien besó?

La violencia de la tentación pensaba en acabar el pedazo de carne que tengo por labios, ellos, trémulos esperando el ataque certero, ardían esperando asesinar el padecer de su soledad, saboreando la salvaje música que murmuraba tu embriaguez.

Mi sangre se confunde por la velocidad en la que vibra mi corazón, viaja a través de mis piernas y hace que exploten de escalofrió, mis labios no aguantan más, se disuelven en tus palabras que decoran más su origen -tus labios- mariposas negras de muerte invaden mi estomago. Ardo.

Atómico es el momento en que nuestras bocas se hacen una. Cóctel de esencias y pasión recorre nuestras almas y nace de la escafandra el verdadero choque elemental, el origen de nuestros cuerpos y en preludio arranco tu lengua bípeda, la trago para guardarla en lo más íntimo de mi sombra.

El mundo se acaba, implora regresar pero sólo existen labios, míos, tuyos no importa. Son ciudadanos de ningún cuerpo, sabes que danzan en obscenidad, en pecado pero te gusta, quieres alimentarte de mi carne.

La materia sangre de la vida está sobre nosotros, nos devoramos, nos perdemos en el éxtasis de sentir labios ajenos, pagamos con nuestra vida, pero valió la pena…

Ahora todo es silencio.

martes, 26 de agosto de 2008

Primero: empieza buscando un pedacito irreal de tu sonrisa, mézclalo con el pequeño vacío que debes a tu corazón, espera que el pasado coagule tus sueños y déjalo reposar.

Segundo: amásalo con silencio para que contenga su oscuridad, deja caer una partícula de claridad y así la contradicción tomará color invisible.

Tercero: llévalo hasta el frío del tiempo y no dejes que transcurra un segundo, remoja en abstracción inmortal para darle inconsistencia y así poder apreciar su total desconfiguración, no olvides darle insuficiente olvido, así mejorará su inexistencia.

Cuarto: mantenlo en la opacidad de tus manos analfabetas y deja que el presidio se encargue de su Átropos, sólo falta que soples un desaliento para que la agonía sea su origen.

¡Felicitaciones has creado una nada!

viernes, 22 de agosto de 2008

confesión

Buscando los pies de la vida, me perdí entre sus pasos.

domingo, 17 de agosto de 2008

pangeo

Palpita aire del norte tráeme de vuelta a la vía láctea, quiero regresar donde nacen tus miradas para dejar mi corazón en libertad y se pierda en tu antifaz, quiero pasar como piedra por encima de tus arroyos para vestirme del zumo claro de tu oscuridad.

Sabia madre dame un poco de tu ámbar, para descansar de la velocidad corrupta, déjame aspirar el recuerdo de las comadres de Paraná y así poder domesticar mi hambre que se pierde en la luz de tu norte helado. Quiero existir pisando tus venas, recorriendo tus azures pulgares, sacando chispas por donde pasó la huella del gigante Vulcano.

Dejar atrás el terremoto de tus palabras, para que mis temblorosas piernas sostengan lo poco que queda de cordura, absorbe mi aliento en tu océano para que los corales se escapen en las melodías de los delfines y nazca así algún sinónimo de amor, para combatir la terracota distancia que llena tu resplandor.

Quiero que las nubes y los árboles se agiten, hagan una revolución y en un verso acaben con el gris metal que corta la sábila y no deja respirar el verde horizontal de tu sexo, la música que agradece tu vientre turquesa se derrame un poco en tus labios y así fluya el perfume de tu caminar y en esa estela de placer infinito. Vivas dentro de mí.

martes, 12 de agosto de 2008

a-ulterior

Soy pan, soy mar, soy más, no soy un hombre, arlequín es mi nombre.
vivo de memorias, mi presente el pasado de alguien mas, mis palabras el recuerdo prohibido de un árbol con el peso del otoño en sus ojos; mis profecías pintan los muros del ayer y dictan todo lo que ya existe, mis espaldas futuras reconocen una mesa donde descansan todas las historias mudas como fotografías descoloridas por el paso de un tiempo inexistente, pongo en marcha mis ojos sobre imágenes que relatan las memorias, los secretos, los pecados y la locura de toda la humanidad que ya no recuerda más, sus presentes como ríos de vapor se mezclan con sus augurios de ningún futuro porque para atrás ni para coger impulso, yo en mis 4 paredes uno todo el barro ciego formando la abstracción de lo que intento ser, pero como todos los intentos, fallidos.

La historia es mi esclava, la moldeo, con mis manos diseño un espejo para ver que soy. Esclavo sinónimo de rebelión y vuelvo a ser, solo algo, mis miradas perdidas en el horizonte de la luna antigua, traspiran vinos añejos para dejar crecer las telarañas de la madurez, enciendo las antorchas del primitivo fuego para alimentar la oscuridad de la vejez y así poder dormir en mi pasado.

soy escritor de la biografía del mundo, existo a partir de leyendas, camino sobre mitos y me cubro de origen cuando siento que el presente me invade, soy un espectador, nada puedo modificar, las imágenes de mi vida están en el olvido de un sueño aborigen, mis días blancos sin novedad son el pasado hecho presente, mis pasos retroceden en un ciclo que sólo tiene principio, espero un fin que nunca llegará, atrapado sin espacio ni tiempo buscando la respuesta que descifre el epílogo que nunca seré.

jueves, 31 de julio de 2008

radio-grafia.

Con derecho a divorciarme de una estrella solitaria, me convierto en demonio de la sombra muerta de mi escudo e intento ver los caminos de mis huesos ¿cuándo los espíritus de la embriaguez serán capaces de surcar los intestinos de mi mente?
Sustancia llamada vino se apodera del alba interior del minotauro escarpado. Y devora matemáticamente una Alicia que ya no es del país de maravilla.

Soñando unas cuantas lunas mezcladas con cholote de Venus, propongo un pasado más cercano a la madurez del pecado. Entierro las manos en un arco iris de flechas sordas, camino entre barbas y espadas, Separo por símbolos el color y el hombre e intento sembrar los paraísos de la más dulce traición… sobra esta faz de arrepentimiento llamada sangre.

El patriotismo de flores venenosas en vez de mentes ocurre detrás de un teclado y un peinado que sólo siguen a donde van sus ropas, queriendo encontrar una mirada perdida tras las hojas de libros que describen la ilusión de Oliveira por su maga e intentan descubrir el nacimiento de la absoluta profundidad superficial.

vestido de misteria

Pintando de algún color mis pasos, siguiendo un búho,-tal vez misterio- voy por el sendero de alguna noche: sabiduría de un espejo, en el que solo se refleja tu sonrisa, la sonrisa que se escapa y llega hasta los brazos de mi pecho en forma de musa. Tus vanidades encarnan mi dolor, trastornan mis ideales y construyen la locura de lo que llamas amor, el mar, tu continente donde desembocan todos mis pensamientos con sabor a ti. Me llevan a un mundo de verbos, donde hablar es caminar, y caminar es soñar y soñar es encontrar y encontrar es pensar y pensar en ti.

Todo lo que tocan tus ojos, muere, para entrar en el mundo donde habitan tus pensamientos, ese mundo perdido después del silencio, antes del amanecer.
Tócame con tus miradas, quiero habitarte, quiero morir-de ti.

Abro mis labios, y de ellos salen los 7 infiernos que con una voz dilatada solo pueden pronunciar tu nombre. Abres tus labios-infinitos- y nace el mundo con sus mitos, un par de leyendas, algunas cajas de Pandora, la ficción madre real, una rayuela, algo llamado historia. Y yo pintando de algún color mis pasos, esperando a que me sigas.

sábado, 26 de julio de 2008

senti-mientos

Saber o sabor he aquí mi confusión, tal vez esta vez será distinto, siempre es distinto, yo sé que esta vez será la última vez, pero llega la oralidad transformada en musa y me enseña los secretos para conocerme menos, conocerte menos, saber menos, saberte menos, sabor menos, saborearte menos. Caigo siempre con los ojos abiertos entre tus pestañas, pero mis párpados pesan, quiero soñar-te, uroburo me conoce, parte de mi hacia ti, conecta nuestras langostas rockeras; los ciclos, tus ciclos (te digo: “sólo avanzas hacia atrás”). Sé que finges pero estoy soñando-te, estás en mí, estás en ti, pero tú no estás- lejana- de la cintura para abajo, siempre con alguien que no soy mí; hago parte de tu tren. Superior a todo lo que conoces, inferior a todo lo que habita en ti, reina desgastada por la rutina, por tu único cambio-yo. Pero las linealidades de la alegría gris, con él, te hace feliz. Él, siempre comercialmente enamorado de la costumbre, él no es él, sólo es un.

La magia, ¿qué peor aliada? Te embriaga con tomarte. Sólo logra hacerte daño, volverte magia tu peor destino. Lo común es lo más extravagante que puedes pensar, su compañía sinónimo de moral. ¿Será que eres real o únicamente la definición en un diccionario en el que te encuentro…con él?

domingo, 20 de julio de 2008

paso a paso se nos acaban los pasos.

buenas, creo no terner mucho tiempo, pues estoy a punto de morir, la muerte me persigue esta hablando con mis sombras, las endulsa, las encanta, las pierdo. te cuento esto porque eres mi amigo y no me vas a creer loco por saber que la muerte me persigue, policia de la vida, me juzca y soy culpable, culpable de estar vivo, la vida, felicidad,(comillas) cadenas de ciclos de volver a caminar, donde empecé a volar por creer ser un angel amado,mis alas solo tienen peso cuando estoy contigo, volemos hasta la realidad, si vamos, acompañame a conocerme, a escapar de mi, para llegar a donde no me pueda ahogar, en letras, en palabras, donde el lenguaje no sea mas que una lengua muerta donde el viento peine mi pensar y haga que duela mi risa, acompañame a perderme en ti, acompañame a escapar, camuflarnos en la musica, volvernos tinta y desparramarnos en ojas de arboles de agujas que escriben nustro futuro, el futuro, tu futuro, ningun futuro. pensando antes de actuar, ja idiotas nosotros tratando de sentir el futuro que no es mas que oscuridad, miedo a el amor(¿amor?)acompañame para que estemos solos tu solo, yo solo bañados por el sol de la soledad que ilumina nuestro camino a nuestro destino,acompañame al silencio para que nunca mas hablemos de cosas que afecten nustros afectos, acompañame a decir no a las burbujas que creen hacerme feliz, yo solo me rio de su tristeza, acompañame al bosque dende murio la sinceridad para hablar con nadie, para estar con alguien, muestrame el camino por donde pasan tus malos  pensamientos extinguirlos con la moral y hacerte "un buen hombre",si. solo quiero que me acompañes tu porque te odio y quiero que tu suerte sea tan mala como la mia. porque soy perseguido por la muerte, acompañame.