lunes, 22 de noviembre de 2010

El eterno retorno

Ser
Animal.
Recordar,
Encuentro de espejos,
Que se miran
Que se hunden
Que se quiebran.

Cabezas derramadas
Entre las palabras
Que no dije:
Ahora en nunca
Ahora es siempre
Ahora
Ya no sé.

Volver con el rostro hecho vientre
Mirar, pasar, volver
Mirar, decir, volver
Mirar, callar, volver.
Mirar:
Caminar entre rompecabezas de heridas.

Por mi garganta pasa una música
Siempre muerta.
Cien lenguas de fuego renacen
Para gritar
Que Dios está muerto.

Nada vale más que mil palabras

Siento en mis piernas
Al niño que fui,
Me cuenta los pasos
Desde mis ojos
Hasta el silencio.

Lagrimas caen
Como pedazos de letras mudas.
Los animales no hablan
Saben callar.

Me enfrento a mi animal
Sus garras
Me arrancan
La razón.

Ahora tiemblo, tiempo
Escupo raíces,
Me encuentro,
Sólo, me encuentro
Aferrado a mis manos
Que dicen adiós.

Yosoy

Yo átomo
Yo vientre
Yo 1990
Yo escuelita del poblado
en una foto ya vieja
Yo avioncito de icopor
Yo matera quebrada de mi tía
Yo bolis de 200 pesos
con una olla de sombrero.
Yo corriendo detrás de un perro
El perro corriendo detrás de mí.
Yo sabiendo quién es el niño Dios
Yo mi primer día de colegio
Yo bicicleta y cerro Nutibara.
Yo mirando faldas
y perdiendo matemáticas
Yo agosto, casi siempre
Yo solo.
Yo cazador de estornudos
Yo astronauta de los árboles
Yo y tantas veces yo
autorretrato sin nombre.
Yo cualquiera
Yo, cuerpo que camina
Yo soy otro
Yo y tantas cosas que se pierden.
Yo embarazado de palabras
y a veces no tanto.
Yo Cínico.
Yo Medellín
Yo lleno de rincones
Yo, simplemente.
Yo sobre todo: mito
Yo juego
Yo solo por ahí
Yo Cronopio y fama y esperanza.
Yo cerveza
Yo biblioteca
Yo peatón
Yo haciendo carrizo: hijo de la razón
Yo alguien
Yo sentado y acostado y de cabeza
Yo, individuo
Yo Santiago Rodas
Y este poema y algunas cosas más.

En la tarde

Estamos juntos
Mirando las vacas bajar por la montaña
Mientras los cazadores
De mariposas
Nos persiguen

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Nocturno

El humo de las fábricas tapaba la luna
No caía lluvia
Pero casi sentíamos las gotas,
El frío caminaba con nosotros
Nos decía palabras al oído,
La noche nos contaba
Los pasos,
Caminábamos sin buscarnos
Sabiendo lo que saben los caminantes,
Nos besábamos como quien no conoce el camino
Y la botella se iba acabando
Como el tiempo
Para salvarnos del vacío,
Las lámparas soltaban chorros de luz
Partículas blancuzcas
Para reflejarme a mí y a mi sombra
Solos en la calle.

Un silencio

El silencio se hizo carne
Y caminó entre nosotros
Despacio
Llegó a cada rincón
Voló con las hojas
Lento
Se metió por las ranuras
De los techos
Tranquilo
Se posó sobre las ramas
De los árboles
Estático
Sobre las esculturas
Del centro
Miró
Como las lenguas
De los caminantes
Lamían el cielo.

Una tarde

Se cae un mango de su árbol
Se siente el aleteo de los pájaros en el cielo irse lejos
El sol se está durmiendo
Y deja sus últimos parpadeos en las nubes
El aire huele a verde y amarillo
Suena el timbre en la escuela
Y se oye en murmullo
En los salones ya vacíos.
Unas pocas lámparas se apresuran, abren sus bocas
Y dejan caer chorros de luz
Por donde pasa un gato enamorado.
Tres niños corren detrás de un balón
Hecho con una lata de gaseosa
La montaña se llena de luces
Una a una van encendiendo las casas en el cielo.
Por las ventanas sale el olor
Del arroz recién cocinado.
Los grillos silban su canción azul
Suena tres veces la campana de la iglesia
Se anuncia la noche
Y yo te espero, aquí
Sentado.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Encuentros

Alguna vez me encontré con mi sombra, pensé en Nietzsche pero estaba equivocado, no era mi sombra, era un espejo. Pensé en Freud, pero estaba equivocado, no era un espejo era una flor. Pensé en Baudelaire, pero estaba equivocado, no era una flor, era yo mismo. Pensé en Rimbaud, pero estaba equivocado.

domingo, 12 de septiembre de 2010

poesía en libro

Escribir un poema de qué
Tal vez de pura poesía
No, algo más original
Más actualizado
Menos Rubén Darío.
Algo más en uso
Como la aspirina
O el automóvil
Sí, actualidad pura
Y no por trascendental.

Ir más allá
Como las nuevas mezclas
Como las nuevas drogas
Como las nuevas nadas.
Poesía publicitaria
Claro
Se matan
Dos o tres pájaros de
Una sola palabra
Palabra.
Se nos juntan
Dos soluciones
Una de carácter
Aún más económico.
Sin demeritar
La publicidad
Que también
Sabe ganarse
Algunos pesos.

Lo que se dice
Es que ya
Todo está
Hecho.

No
Le
Busque.

jueves, 26 de agosto de 2010

Poema suelto

“ser”
“filosofar”
“pensar”
“razonar”
“tiempo”
“interpretar”
“entender”
“espacio”
“abstraer”
“percibir”
“argumentar”
“devenir”
“cosa”
“yo”
“nada”
“deducir”
“disertar”
“comprender”
“descifrar”
“conocer”
“saber”
Amar.

jueves, 17 de junio de 2010

Poeta

El poeta es un vendedor de espejos

domingo, 13 de junio de 2010

Una suerte de encontrarme

— Buena tarde.

— Buenas tardes para usted.

—Qué climita el de esta ciudad.

—No es que ya no se puede ni salir. O es sol o es lluvia, bendito sea el señor por Dios hombre.

— Eso es tanta fábrica, están acabando con todo ya también.

—Sí, avemaría, tanta fábrica y tanto loco que no sabe en qué gastarse la plata.

—No es como ahora antes, que eso había gente cuerda y una época para todo, una para estudiar y llover y otra muy distinta que uno salía a veranear y no a estudiar.

—Sí, este presidente demás que tiene encarceladas las nubes, no ve esto como está, eso es calor y calor y nada de sombra, toca chupar es mucho agua para no desvariar.

—Antes, antes si habíamos hombres, gente luchadora y honrada, ahora es pura pantene y cigarrillos light.

— Yo me acuerdo cuando uno se podía meter al río y qué, salía tranquilo sin nada, hasta uno pescaba y sacaba hasta de 12 libras y eso era en verano que casi no hay.

—Sí eso es de ahí lo de ante si que…

—Oiga. Pero hay una cosa que me está inquietándome en estos momentos. Y es: usted porqué vino a sentarse al lado mío si usted no me conoce siquiera.

—A, es que eso hace la gente normal cuando está sola.

— Sí, en eso estamos bien, pero hay algo y sé que no es lo del clima, hay algo que me parece raro.

— Ve ya que lo mencionas a mí también me parece extraño.

—En mi opinión estamos en algo que se puede conocer, pero es impensable, como una jaula dentro de una película dentro de unas alas.

—Es muy parecido a lo que yo estoy sintiendo, pero es que los sentimientos engañan y entonces me voy de lado de la física o la metafísica a lo 2 + 2 igual.

—Yo voy a decir una cosa y la voy a ir dibujando despacio con las manos de las palabras, para que usted se de cuenta de lo que creo que está pasando aquí.

—Y yo las voy trascribiendo es este termito de agua dulce, que traigo para estas ocasiones tan especiales.

—Mucho cuidado con el procedimiento a seguir, debe estar usted muy atento por si cualquier cosa, uno nunca sabe en estos casos, cualquier asunto puede incurrir.

—A mí siempre me toca a lo sancho, pero dale no más que ya estoy acostumbrado, yo te tomo atento ojo por si algún descontento.

—Bueno, analicemos el clima como se mencionó anteriormente, teniendo en cuenta que: estamos sentados en una banca como no se mencionó anteriormente y somos dos personas hablando en un diálogo lineal donde cada uno describe lo que ve por su intuición y habla a favor de sus principios; se puede determinar que estamos en medio de una conversación.

—Es usted un total Hermeneuta, lo cierto es que sí, estamos en medio de una conversación, pero se puede decir que no exactamente en la mitad, pues las conversaciones normalmente deben de ser más amplias que una página y media y eso que hablando español propiamente dicho.

— Sí, me parece una acertada aproximación, claro está, pero en lo que me concierne, estamos en una conversación un poco atrasada para su tiempo, deberíamos de continuarnos. Lo apropiado sería retomar desde, espera yo cuento, sí, desde el onceavo guión, para no alterar el flujo de lo que se hablada.

—La pesca era un deporte de respeto, todito el mundo pescaba y se sentía bien por ello. Así me parece que es una excelente forma de continuar con la conversación. No como ahora que la gente dizque vegetariana en puras modas pasajeras como si fuera malo comer, es que los vegetarianos y los anoréxicos son lo mismo, puro clan de esas tribus que se ensañan contra uno por hacer nada.

— Sí, ya todo el mundo es dizque vea que el planeta, que los animalitos, que esto y que aquello. Sí así es como se conversa, siempre y cuando no se hable de la conversación en la conversación. Se nota que no les tocó sacar callo en el pie, ni menos abrir camino a punta de azadón para que entrara después el camión de la comida hasta el pueblo; ahora ya es puros universitarios que se creen saber todo con ese celular con Internet.

—Está como mala la cosa, no anda bien así como está andando, mucho poeta trip trip con gafas grandes y oscuras, no hay respeto por lo que se respetaba como antes, la palabra se está volviendo carita feliz y los hombres, qué te dijera de los hombres sin que suene muy Museo de Arte Moderno, los hombres ya no son hombres de verdad, hay como un intento pero ya se olvidó lo que es el hombre, ya es puro bipartidismo entre la mente y lo que se llama cuerpo, las desunidización de la lengua y la palabra, la posición y la cara atravesada por la camisetica de cuadros, y, el pensamiento-artefacto lo último en posdoctorado a los 25 años, para estar más lejos, cada vez más lejos de la ignorancia.

—Hombre me perdí un poco con eso, pero me parece estar en acuerdo, a lo política social democrática. Ya vale más un pedazo de panela que las palabras de un sabio: sabio: un señor que se sabe él mismo así venda cuadrados de panela como una persona del mundo, del río, del machete y de las nubes que le descansan la mirada al medio día.

—Sí hombre este calor no deja pensar casi, si mucho hablar y eso que para hablar, habla cualquiera; ¿será que antes cuando el sol no calentaba tanto la gente pensaba? Y escribía eso que pensaba, pero lo escribía para él y no para publicar en el periódico en la sección cultural con crucigrama, sino un pensamiento de esos que se sienten, y por ende, así como en las canciones, por ende escribían siempre y todo el tiempo para enfrentarse a lo que ellos mismos debían ser. De frío ya no se puede hablar, mucho gobernante ocupado en Copenhague y menos escribir.

—Será que hay diálogos escritos, yo entiendo el correo y sus aledaños pero eso sí será diálogo, pues a parte del clima de qué más se podría hablar en un diálogo de escritos, de puro texto de corrido. La idea es que la gente cuide el planeta para que los grandes comerciantes puedan seguir libremente explotando a su imagen y semejanza, y para que no exista más el calentamiento y pueda al fin llover, pero si se pasa de lluvias necesitamos otra vez calor para poder sembrar y salir a la playa a broncear la línea de las mangas de camisa.

— Sí eso es pura publicidad política pagada, ya se sabe por quien. Por otro lado está que los políticos de antes sí eran unos berracos, se le metían con toda al asunto y no dejaban era que los medios de comunicación se les metieran es sus ranchos de oro sólido, ladrón que no es ladrón, es político y…

—Eso ya es un problema grande, porque ya no se está hablando del clima, anteriormente se mencionaba como la base estructural para poder tener una conversación como todo el mundo la tiene, y además, ¿se podrá hablar de una conversación cuando se habla del diálogo cuando se está adentro y en medio de esa misma conversación?, pero si fuera así la conversación perdería su sentido vital y es olvidarse de que se está conversando y aquí entra lo del clima: el clima no es un clima interno del que tanto se ha hablado en los libros de pasta dura y casi nunca verdes, es más bien un factor que nos convoca a todos, porque si llueve llueve, y si está es haciendo calor ya le preguntas a Oliveria porqué el frío de camisa, allá usted. Pero, el clima fue él solito el que fundó el mundo entero, imagínate Adan y Eva que iban hablar después de aquello.

—En eso yo no había pensado, porque de ser así ya no tendría importancia si fuera política o clima, la importancia radicaría en que de alguna forma como la intuición nos abrió la pregunta más o menos en el guión 10, es que sí estamos en la mitad del diálogo debemos es estar atrapados en el mismo, y eso del mismo es para no repetir diálogo, por lo que anteriormente presupuestó usted. Por que paremos y reparemos en la mitad del diálogo debe ser porque estamos es inmersos en medio de la conversación, ¿serán los guiones que siempre aparecen cuando alguno de los dos va decir, para continuar con el diálogo, los que nos tienen estancados acá?

—Es una muy buena apreciación, pueden ser los guiones, pero, ¿como se podría entender en una conversación escrita que se está en medio de un diálogo sin los guiones? El linotipista estaría confundido y esa gente siempre tiene problemas de alcohol y ya se armaría un enredo más grande del que estamos nosotros como para achacar toda la culpa a los guiones.

Yo creo en la libertad de expresión, y sobre todo que por ley uno tiene derecho a opinar y a poner y no poner cuanto guión se le venga en gana. Así se demuestra lo que el hombre puede lograr dentro de los sistemas que regulan al hombre.

—Pero hay un inconveniente y es que no pones el guión, eso me parece muy innovador, pero no te puedes salir del dialogo así tan a lo anarquista. No pones el guión pero sigues en la mitad del diálogo y esto se puede ver hasta una legua a lo lejos.

Sí estoy de acuerdo, se me ve a una lengua también y sin poder escapar del diálogo. Ya no se está hablando del clima ni mucho menos, ya sólo se habla del diálogo como cárcel. (Ahí se va entendiendo de a poquito lo del lenguaje es la casa del ser). Ni tampoco de política, que es en esos pilares polares donde está la conversación que se extravió por hablar de la conversación de esos mismos tópicos (por no hablar de temas).

—Yo supongo, que para poder salir de la conversación hay que no hablar de ella y así se podrá llegar a un acuerdo mutuo para seguir conversando simplemente del clima o en su defecto del clima político que es un clima aun más dañino.

Estoy total de acuerdo con usted: el clima político es una buena forma de salirle al paso al silencio que hay en la conversación para poder entablar, como una casa en un árbol, todo un diálogo de política

—Sí, pero la empresa que estamos organizando es para salir del diálogo que estamos entablando ¿será que si no seguimos conversando podemos quedar simplemente libres? y no seguir hablando ni de diálogo, menos de política y mucho menos del clima.

Es una apreciación voluminosa, no lo habría pensado, silenciemos el dialogo para poder salir de nuevo al mundo del no diálogo.

—estoy de acuerdo.

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¡No! No funciona. Además se nos olvida que el silencio se nombra y es palabra, también se nos escapa de las palabras, con las palabras. El silencio es lo que se conversa, lo que las palabras no dicen pero si nombran. Y los signos de puntuación son silencios y eso es lo que marcan, silencios que son presencia.

—Tal vez no fue un silencio necesario, se puede aproximar a lo incómodo, y esos silencios no funcionan porque siempre después de ese silencio se extiende la conversación se alimenta el diálogo y eso que ya van cuatro páginas, habrá que tratar por otros ángulos.

Proponer la muerte es algo temprano. La muerte es la forma más fácil de salir de todo, no hablo del silencio o el suicidio, que se suelen confundir al escribirlos, hablo más otrora de las obras de cine o literatura, donde no se sabe qué hacer y de una se van es muriendo los personajes como tiquete de metro a las 6 de la tarde.

—Sí la muerte siempre puede ser una opción, pero sería la última opción, al menos para Occidente, pero si no hay de otra pues tocará echarlo a la suerte.

Sí, pero antes descartemos las demás opciones. Y por cierto, por qué en el diálogo no hay un tercero que haga de moderador y así esa decisión se nos facilitaría enormemente. Pero hablemos de otro asunto para ir matando el tiempo.

—Sí algún tercero se atreviera a incursionar en los caminos de esta conversación ya hubiera muerto de lo aburrido, hablar de conversación en la conversación después de todo no es tan alucinante como se cree, que la locura de la cotidianidad es lo último en diálogos, te lo explico de este modo para que te lo veas más claro: Maestría en literatura latinoamericana con énfasis en escritura literaria o por el estilo.

Así si nos vamos entendiendo y eso que para entender hay que hablar de muchas cosas. La literatura no se hace ni se enseña, la literatura es menos que eso, es un asunto del hablar, del conversar, del directorio telefónico de la ciudad. El transporte ahora ya es imposible, que el metro y la cultura y eso, pero ya no se puede ir a mercar porque te va es cogiendo el pico y placa o la cuenta de la gasolina.

—Antes si se podía andar, en carro y a pie. Uno tranquilo y nada de pereques, no tenía uno que vérselas con la seguridad democrática ni con la juventud en éxtasis, todo era azul cielo y luna llena en semana santa.

— ¡Hay! Nostalgia, quiero emborrachar mi corazón para apagar un loco amor que más que amor es un sufrir… la luna llena me pone de nostalgias arriba.

—Ya se te olvidó la anarquía, el amor le quita a uno todo lo que puede llegar a ser ninguna vez, pero eso ya es hablar de poesía y mejor dicho aquí amanecemos.

—Uno se le olvida todo el asunto cuando se enamora, pero de eso no estábamos hablando. Hablemos mejor en cómo nos escapamos de este hablar del habla en cuanto habla.

—Si seguimos conversando vamos a seguir metidos en el diálogo, nos vamos a quedar acá hasta nunca, entonces mejor terminemos esto de una buena vez.

—Ya me estaba gustando la conversadita, además muy prontamente empezamos hablar del diálogo dentro de la conversación en la que estamos incrustados, y quién dijo que éramos dos y que estábamos atrapados en un diálogo.

—Nadie puede negar que podemos ser sólo una persona y que esto no es un dialogo sino un monólogo, y que esta silla sea la de un manicomio, pero en mi opinión estaríamos muy Edgar Poe y en consecuencia Cortázar por no decir más. Todo lo que se dialoga no puede excluir a estos dos amigos, por ejemplo yo siempre les copio y les robo ideas y no a lo Picasso, sino clara y puramente copia. Entonces, como caperucita, ¿dejamos esto así o seguimos por el camino difícil?

—Pero la idea central y el argumento no era que estábamos atrapados en un diálogo y que la escapatoria debía ser la muerte de alguno de los dos, como para salir por la tangente. Y si somos uno sólo la muerte de uno significaría la muerte del otro, y el diálogo o el monólogo quedaría inconcluso y como suelto.

jueves, 10 de junio de 2010

Aleja(n)d(r)a Pizarnik, frases desolladas Recorrido por las palabras de una infanta difunta

Uno se desencuentra con la poesía de Alejandra, con la poesía descentrada, sin un rumbo claro. Pasos ciegos y un andar con pausas, vértigos lo acompañan en la soledad que es leerla.

La vida juega en la plaza
Con el ser que nunca fui.

Con el miedo se acuesta todas las noches
Con las noches se acuesta todos los días
Con los días se acuesta todos los miedos.

la contradicción se mira al espejo
se reconoce
se sabe
se desconoce en cada despertar.

de olvido se teje la infancia
toca
toda por primera vez.

los ojos son prisiones
y espejo, se rompe
la contradicción,
espera.

Viajera sin movimiento, entre París y Buenos aires hay solo un paso, una sola palabra.

Hay que salvar al viento del silencio.

Desencantada del conocimiento de la filosofía, busca en su cuerpo la esencia del lenguaje, busca en la lágrima, en la sombra, en le ceniza. Busca sin encontrar.

El amor se ha muerto, de muerte se ha tejido cada instante, balbuceas sincerísmos, se encoje la alegría, la maleza la cubre entera, ella es una escapada.

Perfume de pájaro acariciado.

El animal se hace metáfora, el hombre es un animal, un animal solo, rodeado de palabras, palabras suicidas.

El miedo a la vida, a vivir como la muerte, la muerte del pájaro enjaulado, de un corazón que late silencios y hace callar los huecos que deja regados la infancia, el primer beso con la oscuridad.

La sangre quiere sentarse.

Hambre de amor imposible ¿para qué los abrazos? Sí sólo nos hacen sentir más solos, más desprotegidos, más abandonados de los otros que nunca verán amanecer con nuestros ojos.

Los espejos callan, devoran silencio, esperan.

El espejo se va comiendo pedazo a pedazo todo en lo que me veo, yo no soy, yo no he sido, yo no seré, yo soy espejo.

La piedra cae al lado del corazón, poco a poco se llena de sangre, se pegan las venas, la piedra se hace roja, empieza a latir.

La memoria nace explotando por dentro, yo nazco, soy memoria, soy adentro. Exploto.

Enciéndete para que se apague la noche, quién ilumina lo claro conoce el rostro del silencio.

La nada embriaga.

El invierno de adentro se vive afuera, la lluvia alcanza los ojos y los derrama, la cara se vuelve azul, las manos envejecen 100 años, las piernas ya húmedas se oxidan, el corazón gesta el silencio.

Se van olvidando las palabras, nos vamos olvidando del cuerpo, alimentamos los relojes con nuestro tiempo, dejamos crecer las flores del mal, la muerte se recuesta como una sombra en la espalda.

Los animalitos se van comiendo las venas, mastican con tanta ternura que siente como caricias, abrazos por dentro. Llegan al corazón, se lo comen despacio, el hombre cae tendido con una sonrisa y una marca de labial rojo es su ataúd.

Ella cabía es la palma de su mano, ella la cuidaba con su alma, le entregaba días y noches enteros para que nada le pasara, un día él no quiso volver a verla, ella apretó la mano y sin pensarlo se quedó sola.

Cae en la noche, piensa en las estrellas, cierra los ojos, la luna llena sale de ti, vacía.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Qué es literatura o la imposible bolita verde.

(¿Qué es la Literatura?) Si es que es lo que yo pienso que es y lo que es en mi vida y lo que no es en mi vida pero que sigue siendo porque no entiendo una vida sin literatura.

Entre las formas del Arte, la Literatura (si es que es Arte) es quizá con la que más me hablo, no es que esté peleado con las otras, me caen muy bien y hacen parte de mi vida como mis sentidos, pero, en la Literatura me he visto de otras formas, como agachar la cabeza y mirarse el ombligo y después mirarse en un espejo y el ombligo no es el mismo, es como otro que dice otra cosa de lo que es el ombligo. La Literatura es una palabra, de acuerdo, que contiene todas las palabras posibles e imposibles, las palabras son constructoras, las palabras nombran, las palabras le dan ser a los objetos, pero las palabras también callan, las palabras no hacen el amor, hacen la ausencia como dice alguien que se suicidó más de una vez. La Literatura es la palabra enamorada de la palabra, la palabra también es una palabra y el silencio, el silencio se nombra porque es presencia, porque llega y se queda en compañía de una soledad o una conversación. Para hablar de palabras hay que hablar con palabras y cuando se repite mucho una palabra se pierde el sentido de esa palabra. P-a-l-a-b-r-a. La Literatura está hecha de palabras, sí, las palabras estás hechas de letras, bien, pero ¿de qué están hechas las letras?

La Literatura no es un sentarse a leer libros y empaque y vámonos, no, la Literatura es vitalidad, es peligro, es soñar con el cuerpo como tubo de ensayo, es caminar al lado del sena es mirar a la Maga pasar por esta calle donde sólo es real la niebla, es un despertar a sentir, es inventar y proponer, es padecer y co-padecer, es conocimiento y desconocimiento, es y no es y qué importa lo que sea, es también un encuentro con nuestra intimidad, es un desordenar y un volver a nombrar, es casa y amiga, es la unión de un paraguas y una máquina de coser, es locura y razón, es contradicción. La literatura como dije una vez, es la forma más fácil de no entender al hombre, es algo que se lleva por dentro, adentro de la sangre, algo que hiere, que duele, que causa una profunda tristeza, una agonía lenta donde se deja morir la muerte y nace la vida, la sonrisa oculta entre las manos, un buen beso que no es aun, un abrazo con las hojas de un libro viejo.

La Literatura es un dejarse tocar, un dejarse habitar por esa presencia, por ese polvo que respiran los libros, por lo que dicen, por eso que inventan, por eso que digo y por eso que invento, la Literatura es juego, es inocencia, es humana pero también animal, la literatura es hamacar un adverbio, es el inevitable Animula Vagula Blandula, es perderse y divagar, es tomar decisión y postura, es rumor, es baile y canción, es embriaguez, desnudez, dejadez y rima.

La Literatura es de vez en vez y pasa, sucede, es acontecimiento y tiempo. Para nombrar la Literatura hay que hablar de todo lo que es el hombre, en el hombre es donde acontece la Literatura y la Literatura hace al hombre acontecer.

miércoles, 13 de enero de 2010

William Wilson.

El revólver tenía la palabra, era como si todo se resolviera en ese último silencio, el dedo índice rosaba la punta del gatillo como limpiando el aire. La respiración se mezclaba con el temblor del que sostenía el arma. El frio de la calle le subía hasta la garganta y se volvía exhalación cortada y rápida. Hacía una noche seca también fría en la que no hay nubes y la luna saca todo su cuerpo a dar un paseo, porque el aire le entra bien, pero no había luna. El vapor salía más por la boca del que no iría a disparar más adelante: el que no tenía le revolver en la mano, quién sabe si lo traería oculto en algún lado, o en un bolsillo, pero en su mano no estaba, o al menos en su mano izquierda. El otro parecía más viejo (posiblemente le apuntaba en la cara al otro por algo con su mujer, como casi siempre en estos casos) tenía un traje de llevar a su hija al casamiento o de ser una persona que trabaja en subastas en el centro; el arma le sentaba con sus zapatos negros, tenía patillas largas y medio gruesas, un peinado casi cuadrado por la gomina y un palillo en la boca que masticaba como si estuviera viendo una película de gánsters (éste no necesita más descripción ya se sabe sus intenciones y que posiblemente es un hijo de puta, o, posiblemente no) El otro apenas aparentaba 20, (¿quién no tiene 45 a estas alturas de la vida?) podría ser el hijo del que tenía el revólver pero la mirada delataba otra historia (más como las que no están en los libros, ni requieren un giro para volverla más interesante, más como las historias que se cuenta en las tiendas de los barrios entre señoras con algunos tomates de árbol en su bolsa) Tenía camisa de manga larga oscura, pantalón negro como el revólver que no estaba en sus manos, enormemente flaco, casi una sombra, mirada que le pensaba en los hombros, los labios más o menos delgados más temblorosos que los del otro (podría ser el revólver, pero era necesariamente otra cosa) Estaban en una esquina oscura sin importancia, podría ser cualquier lugar, o peor aún: ningún lugar, es decir: un lugar tan conocido por los dos, que era perfectamente el lugar donde se desconocían; casi como andar con las luces apagadas dentro de la propia casa y no tropezar. Parecían estar dentro de una jaula de aire, atrapados: como dejados llevar por sus destinos, desde el punto a—al— b sin pensar en números de teléfono, en el árbol genealógico o en el imposible Animula Vagula Blandula. El disparo sin sonar hería al otro, al que tenía el revólver. No era el silencio, era más lo aturdido que dejaba el impacto de una bala en la cabeza, la sangre siempre escandalosa no gritaba esta vez, salía como si lo estuviera esperando, como un animal que aguarda en la puerta a su dueño luego de varios meses de ausencia y cada vez más cansado sale todos los días a su encuentro. El que tenía el arma caía lentamente y disparaba con desesperación a la jaula de aire sin darle a ningún pájaro. En el periódico al otro día en una sección no muy importante (el periódico tampoco lo era, mucho menos la ciudad) salió la noticia de un suicidio en una esquina del centro, en la madrugada, sonó un disparo, los vecinos salieron, vieron al hombre, llamaron a la policía, estaban asustados, en el barrio no se suicidaba nadie, cuando mucho un homicidio, se dio uno en la cabeza y con eso tuvo, esto raya en lo inmoral, señores calma, ya no se puede andar tranquilo por aquí, ¿mami donde está el papá?, aquí no ha pasado nada, nos va tocar lavar eso , pero primero echarle arena para que absorba, ¿nadie lo conocía?.