lunes, 22 de noviembre de 2010

El eterno retorno

Ser
Animal.
Recordar,
Encuentro de espejos,
Que se miran
Que se hunden
Que se quiebran.

Cabezas derramadas
Entre las palabras
Que no dije:
Ahora en nunca
Ahora es siempre
Ahora
Ya no sé.

Volver con el rostro hecho vientre
Mirar, pasar, volver
Mirar, decir, volver
Mirar, callar, volver.
Mirar:
Caminar entre rompecabezas de heridas.

Por mi garganta pasa una música
Siempre muerta.
Cien lenguas de fuego renacen
Para gritar
Que Dios está muerto.

Nada vale más que mil palabras

Siento en mis piernas
Al niño que fui,
Me cuenta los pasos
Desde mis ojos
Hasta el silencio.

Lagrimas caen
Como pedazos de letras mudas.
Los animales no hablan
Saben callar.

Me enfrento a mi animal
Sus garras
Me arrancan
La razón.

Ahora tiemblo, tiempo
Escupo raíces,
Me encuentro,
Sólo, me encuentro
Aferrado a mis manos
Que dicen adiós.

Yosoy

Yo átomo
Yo vientre
Yo 1990
Yo escuelita del poblado
en una foto ya vieja
Yo avioncito de icopor
Yo matera quebrada de mi tía
Yo bolis de 200 pesos
con una olla de sombrero.
Yo corriendo detrás de un perro
El perro corriendo detrás de mí.
Yo sabiendo quién es el niño Dios
Yo mi primer día de colegio
Yo bicicleta y cerro Nutibara.
Yo mirando faldas
y perdiendo matemáticas
Yo agosto, casi siempre
Yo solo.
Yo cazador de estornudos
Yo astronauta de los árboles
Yo y tantas veces yo
autorretrato sin nombre.
Yo cualquiera
Yo, cuerpo que camina
Yo soy otro
Yo y tantas cosas que se pierden.
Yo embarazado de palabras
y a veces no tanto.
Yo Cínico.
Yo Medellín
Yo lleno de rincones
Yo, simplemente.
Yo sobre todo: mito
Yo juego
Yo solo por ahí
Yo Cronopio y fama y esperanza.
Yo cerveza
Yo biblioteca
Yo peatón
Yo haciendo carrizo: hijo de la razón
Yo alguien
Yo sentado y acostado y de cabeza
Yo, individuo
Yo Santiago Rodas
Y este poema y algunas cosas más.

En la tarde

Estamos juntos
Mirando las vacas bajar por la montaña
Mientras los cazadores
De mariposas
Nos persiguen

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Nocturno

El humo de las fábricas tapaba la luna
No caía lluvia
Pero casi sentíamos las gotas,
El frío caminaba con nosotros
Nos decía palabras al oído,
La noche nos contaba
Los pasos,
Caminábamos sin buscarnos
Sabiendo lo que saben los caminantes,
Nos besábamos como quien no conoce el camino
Y la botella se iba acabando
Como el tiempo
Para salvarnos del vacío,
Las lámparas soltaban chorros de luz
Partículas blancuzcas
Para reflejarme a mí y a mi sombra
Solos en la calle.

Un silencio

El silencio se hizo carne
Y caminó entre nosotros
Despacio
Llegó a cada rincón
Voló con las hojas
Lento
Se metió por las ranuras
De los techos
Tranquilo
Se posó sobre las ramas
De los árboles
Estático
Sobre las esculturas
Del centro
Miró
Como las lenguas
De los caminantes
Lamían el cielo.

Una tarde

Se cae un mango de su árbol
Se siente el aleteo de los pájaros en el cielo irse lejos
El sol se está durmiendo
Y deja sus últimos parpadeos en las nubes
El aire huele a verde y amarillo
Suena el timbre en la escuela
Y se oye en murmullo
En los salones ya vacíos.
Unas pocas lámparas se apresuran, abren sus bocas
Y dejan caer chorros de luz
Por donde pasa un gato enamorado.
Tres niños corren detrás de un balón
Hecho con una lata de gaseosa
La montaña se llena de luces
Una a una van encendiendo las casas en el cielo.
Por las ventanas sale el olor
Del arroz recién cocinado.
Los grillos silban su canción azul
Suena tres veces la campana de la iglesia
Se anuncia la noche
Y yo te espero, aquí
Sentado.