Primero: empieza buscando un pedacito irreal de tu sonrisa, mézclalo con el pequeño vacío que debes a tu corazón, espera que el pasado coagule tus sueños y déjalo reposar.
Segundo: amásalo con silencio para que contenga su oscuridad, deja caer una partícula de claridad y así la contradicción tomará color invisible.
Tercero: llévalo hasta el frío del tiempo y no dejes que transcurra un segundo, remoja en abstracción inmortal para darle inconsistencia y así poder apreciar su total desconfiguración, no olvides darle insuficiente olvido, así mejorará su inexistencia.
Cuarto: mantenlo en la opacidad de tus manos analfabetas y deja que el presidio se encargue de su Átropos, sólo falta que soples un desaliento para que la agonía sea su origen.
¡Felicitaciones has creado una nada!
martes, 26 de agosto de 2008
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