martes, 26 de agosto de 2008

Primero: empieza buscando un pedacito irreal de tu sonrisa, mézclalo con el pequeño vacío que debes a tu corazón, espera que el pasado coagule tus sueños y déjalo reposar.

Segundo: amásalo con silencio para que contenga su oscuridad, deja caer una partícula de claridad y así la contradicción tomará color invisible.

Tercero: llévalo hasta el frío del tiempo y no dejes que transcurra un segundo, remoja en abstracción inmortal para darle inconsistencia y así poder apreciar su total desconfiguración, no olvides darle insuficiente olvido, así mejorará su inexistencia.

Cuarto: mantenlo en la opacidad de tus manos analfabetas y deja que el presidio se encargue de su Átropos, sólo falta que soples un desaliento para que la agonía sea su origen.

¡Felicitaciones has creado una nada!

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