viernes, 6 de noviembre de 2009

Federico:


Debe ser como dormirse por la tarde y despertar desubicado, en otra tarde.

Los niños no sudan son muy buenos para sudar

Los niños lloran

Se esconden

Y abrazan runruneantes

Se enamoran de las mariposas

De las vecinas

De las cajas.

Los niños se mueren como los viejos

Los niños cantan

Saltan

Elevan cometas

Hasta debajo de la cama

Los niños duermen

Sueñan

Miran las estrellas

Sueñan las estrellas.

Los niños vuelan porque saben que están volando

Respiran, suspiran, muerden

se raspan,

Los niños son casas

grandes y chiquitas

Los niños son techos

y aguaceros.

Los niños son fantasmas blancos que salen de día

Son caracoles y lucecitas

Son hambre y cariño

Los niños viven

Juegan, se montan, se pierden

se van…

Suben y bajan en patines

En bicicletas, en nubes y en abrazos.

Los niños saben hablar, reír, sacar la lengua e irse corriendo

Los niños no saben qué es una esdrújula

No tienen grandes compañías

No estacionan, no van al banco

No tienen problemas con el tabaco,

No leen a Cioran, ni a Cammus, Menos a Nietzsche

Pero

Saben subirse a los árboles

Saben subirse a la luna.

Los niños son grandes como los tomates

Rojos como las jirafas

Los niños están en todas partes

En las casas

En los bosques

En los jardines

En los parques

En el Cielo.

Adiós.

1 comentario:

Catalina Arroyave. dijo...

Admiro ese ritmo que llevas dentro. Me gusta mucho.

Abrazo cronopio amplio