lunes, 27 de septiembre de 2010
Encuentros
Alguna vez me encontré con mi sombra, pensé en Nietzsche pero estaba equivocado, no era mi sombra, era un espejo. Pensé en Freud, pero estaba equivocado, no era un espejo era una flor. Pensé en Baudelaire, pero estaba equivocado, no era una flor, era yo mismo. Pensé en Rimbaud, pero estaba equivocado.
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3 comentarios:
También extraño al que al encontrarnos salvará la ausencia. Como siempre seremos otros.
ey antiperro, excelente texto :)
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