La noche mueve sus pasos cansados
Recoge sus últimas migajas oscuras,
Se refleja en el agua su lento despedirse.
Santa fe hierve
Por el sol que abre su boca
Roja, aún dormida.
Ella,
No sé su nombre
Ni los nombres de sus nombres
Pero recuerdo su mirada.
Juega a conocerme,
Juego a confundirme
Con el agua o con mi soledad
Tengo mil palabras escondidas
Y un par de ojos de gusano
Para defenderme
Estamos sumergidos
En algo que no conocemos
O, tal vez,
No sabemos diferenciar.
El día rema, se apura
A coronar la copa del cielo.
En lo alto ve el tiempo
Que nos pasa
Como una serpiente
De mar.
Cierro mis ojos
Y abro mi boca,
Como un niño
Que espera
Una sorpresa merecida.
viernes, 2 de diciembre de 2011
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