domingo, 15 de febrero de 2009

poesía:

La poesía es la forma más clara de no entender al hombre.

 

Usted no es una forma ni un color, mucho menos una línea punteada, de eso estoy seguro porque usted misma me lo ha contado, sí acuérdese, ese día que llegó a mi vida, mejor, ese día que cambió mi vida, ese día que estaba sentado escuchando ese concierto del caer de las hojas y usted llegó con el viento y se sentó sin permiso en mis ojos, (sé que no le gustan las formalidades) Ahí en mis ojos usted sacándome de mí, yo entrando en esa parte donde duermen las palabras, el silencio, usted me enseñó esa palabra. Usted también me enseñó a esperar; el pararme a mirar para poder ver, y con la paciencia pegada a mi cuerpo tomar todo el tiempo necesario que exige la ausencia para desaprender esa velocidad untada de cemento.

Nunca me ha dicho su edad, pero algunos dicen que no tiene tiempo, porque el tiempo se quedó corto para medirla, para habitarla. Sé que tiene sangre, porque la he visto derramada en los cuellos de quienes mueren por usted, por usted entera, entera como la luna que guarda enredada en sus pestañas. Alguna vez usted me dijo: —acompáñame para que nos perdamos en el bosque de los encuentros— yo tenía mucho miedo, no la conocía y me asustaba que fuera tan amable, pero algo me decía que fuera y fuimos y sí, nos perdimos y yo no me volví a encontrar, y yo no sabía, y yo no decía, y usted a mi lado, y yo buscándome, y usted y yo saliendo del bosque sin salir, y las risas y las tristezas, y Cortázar, y es que me gustas, y es que me enamoras, y es que me gustas más, y adentro y afuera y el bosque, y nosotros. Por eso ya sé lo que es, usted me hace.  Usted es… 

1 comentario:

Jan dijo...

Il faut tenter de vivre...