lunes, 23 de febrero de 2009

Subnada

Señor que no es sujeto, enormísimo cronopio.

 

Suelo pasar tardes enteras

en sus hombros gigante de acuarela

y en su amor 77 y su tango y su cigarro o cigarros.

A veces paso por buenos aires y viceversa

y me pierdo con el color de sus palabras

y de golpe la maga a bailar tregua, a bailar catala

en su máquina eléctrica de construir sueños

que caen lentamente en mi cara y mente

y después los ríos metafísicos

llenos de cronópios

y después la sangre envenenada

vacía de meopas

y después

los juegos

que se posan es sus manos y sin pensar

o en el momento menos pensado

una nueva palabra

o un mundo nuevo

derramándose en su tinta

de fibra de letras

y volverse frase y cuento

y novela y poesía y carta

y subnada.  

1 comentario:

Catalina Arroyave. dijo...

Ey!! Compañerito cronopio, cuando vengas a Buenos Aires pasa por mi casita.