domingo, 17 de agosto de 2008

pangeo

Palpita aire del norte tráeme de vuelta a la vía láctea, quiero regresar donde nacen tus miradas para dejar mi corazón en libertad y se pierda en tu antifaz, quiero pasar como piedra por encima de tus arroyos para vestirme del zumo claro de tu oscuridad.

Sabia madre dame un poco de tu ámbar, para descansar de la velocidad corrupta, déjame aspirar el recuerdo de las comadres de Paraná y así poder domesticar mi hambre que se pierde en la luz de tu norte helado. Quiero existir pisando tus venas, recorriendo tus azures pulgares, sacando chispas por donde pasó la huella del gigante Vulcano.

Dejar atrás el terremoto de tus palabras, para que mis temblorosas piernas sostengan lo poco que queda de cordura, absorbe mi aliento en tu océano para que los corales se escapen en las melodías de los delfines y nazca así algún sinónimo de amor, para combatir la terracota distancia que llena tu resplandor.

Quiero que las nubes y los árboles se agiten, hagan una revolución y en un verso acaben con el gris metal que corta la sábila y no deja respirar el verde horizontal de tu sexo, la música que agradece tu vientre turquesa se derrame un poco en tus labios y así fluya el perfume de tu caminar y en esa estela de placer infinito. Vivas dentro de mí.

2 comentarios:

Julianx16 dijo...

oh que tiernos deseos escondidos....
si tan solo todos pudieran ver esos versos escondiddos tan claros como el deseo mas puro y fiel....palpita la paradoja de las emociones una vez mass...solo deja que tu cuerpo y alma sientan todas las emociones no niegues ninguna y en las palabras de un sabio mentor(este seria yo)..."intenta odiar, es relajante"
suerte de amores perdidos la comprension brota de un ser que se estremece de dolor

mncsv dijo...

Me gusta lo que lei, me parece que todo tiene mas sentido de lo que aparenta la velocidad